jueves, 13 de julio de 2017

ADVERSIDAD

 

SALMO 119:67-72 Antes de sufrir anduve descarriado, pero ahora obedezco tu Palabra. Tú eres bueno, y haces el bien; enséñame tus decretos. Aunque los insolentes me difaman, yo cumplo tus preceptos con todo el corazón. El corazón de ellos es torpe e insensible, pero yo me regocijo en tu ley. Me hizo bien haber sido afligido, porque así llegué a conocer tus decretos. Para mí es más valiosa tu enseñanza que millares de monedas de oro y plata. (N.V.I.)


©  De la lucha de la fe y la razón en la adversidad.

Una de las primeras cosas que la gente tiende a hacer en tiempos de dificultad, es achacar la culpa de sus problemas a alguien más, pero la mayoría de las veces, nuestros intentos de culpar a otros no tienen base. Lamentablemente una causa probable de nuestra dificultad tiende a pasar desapercibida: nosotros mismos. Aunque pueda herir nuestro orgullo reconocerlo, muchas veces somos los únicos culpables de los problemas que enfrentamos.

 

Esto es, por supuesto, una dura lección para cualquier creyente. El pasaje que estudiamos hoy revela la lucha que tuvo David en este sentido. Pero llegó a un punto en el que se dio cuenta de su propia culpabilidad, y clamó: "Antes de sufrir anduve descarriado" (Vs.67). Es decir, reconoció que su aflicción no era culpa de nadie, sino el resultado de su corazón y su mente errantes. En este sentido, la adversidad puede ser una herramienta poderosa en las manos de nuestro Padre Celestial.

©  ¿Por qué permite que pasemos por tiempos difíciles?

La respuesta puede ser que quiera enseñarnos algo y dejar grabada en nuestra mente las consecuencias de nuestro pecado. Al hacerlo, nos ayuda a evitar problemas en el futuro. Es por eso por lo que David pudo hacer la sorprendente declaración: "Me hizo bien haber sido afligido" (Vs.71). El resto del versículo, "porque así llegué a conocer tus decretos", explica el beneficio protector a largo plazo. Si usted está pasando por alguna adversidad, quizás el Señor esté tratando de enseñarle algo.

©  Acepte la lección, y trate de encontrarle sentido a la situación que atraviesa.

 

CONFESIÓN DE FE:

ENFRENTARÉ LAS ADVERSIDADES CON CORAZÓN ENSEÑABLE, MANSEDUMBRE, SEGURO DE QUE DIOS ESTÁ PURIFICANDO EN MI VIDA, MOLDEANDO MI CARÁCTER Y FORTALECIENDO MI FE EN ÉL.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Jehová Elohim, Señor Dios (Génesis 2:4). Mi Dios y Señor, el Fuerte, quien es la totalidad del ser, realidad y existencia, eres el Todopoderoso que tiene todo el poder y recursos para satisfacer todas las necesidades del hombre. El Dios único y perfecto en sus obras y propósitos con nosotros los que te amamos, ese eres Tú mi Rey y Señor, por esta razón y muchas más, sé que utilizas la adversidad para beneficio mío, y que a la vez no dejarás nunca que ella pueda mermar mi confianza y mi fe en Ti, ni causar un daño real en mi vida, y estoy seguro de que a la par con ella también me das las herramientas para enfrentarla con carácter y vencerla con decisión. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo por tu manera de moldear mi carácter e incrementar mi fe. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.