jueves, 25 de diciembre de 2014

REGALO NAVIDEÑO

REGALO NAVIDEÑO

 

GÁLATAS 4:3-5 Eso mismo sucedía con nosotros antes de que viniera Cristo. Éramos como niños; éramos esclavos de los principios espirituales básicos de este mundo. Sin embargo, cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a Su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la ley. Dios lo envió para que comprara la libertad de los que éramos esclavos de la ley, a fin de poder adoptarnos como Sus propios hijos. (N.T.V.)

 

©      Una verdadera razón para celebrar.

En la temporada navideña, de lo que más pensamos en cuanto a la vida de Jesús es, por supuesto, su nacimiento. Usted escucha predicaciones acerca de ese tema, ve pesebres por todas partes y tal vez hasta note que se hace referencia a la historia de Belén en los medios seculares. Pero lo que olvidamos con facilidad en esta época del año, es la razón por la que vino ese pequeño bebé.

©      Nació para morir.

 

Ahora bien, es posible que a usted no le guste pensar en eso. Puede ser que haya decorado hermosamente su casa y tenido anoche una frugal comida en una especial reunión familiar, y por eso no quiere pensar en la muerte brutal que esperaba al tranquilo bebé que se encuentra en el centro de la escena del pesebre. Sin embargo…

©      ¿Cómo podemos realmente celebrar el nacimiento de Cristo, sin tener en cuenta la razón de su venida?

El Señor Jesús tuvo un propósito en la vida. Desde el momento que apareció aquella noche en Belén, vivió su vida en misión para el Padre. Vino a mostrarnos quién es Dios realmente. Vino a enseñarnos cómo vivir, andar y hablar como personas espirituales. Pero lo más importante, vino para que nosotros pudiéramos tener la relación plena e íntima con el Padre que Él conocía tan bien. La tarea del Señor Jesús fue lograr nuestra salvación, y esa victoria le costaría su vida. Por tanto, al celebrar la Navidad, no perdamos nuestro enfoque, al poner nuestras alabanzas al pie del pesebre, no olvidemos que Él vino para que podamos poner nuestros pecados al pie de la cruz.

©      Este es el regalo de Navidad del Señor Jesús para usted.

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE EL VERDADERO MOTIVO PARA QUE JESÚS NACIERA EN ESE PESEBRE EN BELÉN, ERA PARA MÁS TARDE MORIR PARA REDIMIRME DE TODOS MIS PECADOS Y DARME VIDA ABUNDANTE, POR ESO HOY NO PIERDO EL ENFOQUE EN MI VERDADERA ALABANZA NAVIDEÑA.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, Elohim Yishi, Dios de mi Salvación (Isaías 12:2). Padre Santo, Dios Todopoderoso y Misericordioso, yo se que la salvación está en una persona, en Jesús, no en un sistema de creencias o de buenas obras, y que la naturaleza y voluntad tuyas son salvar lo que se había perdido. Es por eso que creo que la salvación debe ser personal, y Tu mi amado Señor Jesucristo debes ser el Dios de mi salvación. Gracias quiero darte hoy especialmente en Navidad, Padre Celestial, por ese don inefable, el mejor regalo que pueda recibir en esta día que conmemoramos el nacimiento de tu amado hijo Jesucristo, y es la seguridad de que el propósito por el cual nació es también el de la redención de nosotros, los que en Ti creemos y en Ti confiamos. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por ese maravilloso regalo navideño. Amén.

 
Juan Manuel Lamus O.