jueves, 17 de septiembre de 2020

MADUREZ ESPIRITUAL

 

2 CORINTIOS 3:16-18 En cambio, cuando alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado. Pues el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Así que, todos nosotros, a quienes nos ha sido quitado el velo, podemos ver y reflejar la Gloria del Señor. El Señor, quien es el Espíritu, nos hace más y más parecidos a Él a medida que somos transformados a su gloriosa imagen. (NTV)

 

De la madurez espiritual que se logra en la dependencia del Señor y el sometimiento a Su Espíritu. El modo de obrar del mundo es escoger a las personas más fuertes y talentosas, por el contrario, el Señor elige con frecuencia a las más débiles, las que no tienen nada que ofrecer, excepto su absoluta confianza en Él, y esta dependencia es lo que caracteriza a los maduros en la fe y, como consecuencia, espiritualmente.

 

1.     La Madurez Espiritual no es automática.

Como lo podemos ver en el pasaje que estudiamos hoy, nuestro Padre Celestial recibe a las personas tal y como son, pero no permite, por amor, que sus hijos se estanquen, sino que los ayuda a crecer más y más a semejanza de su Hijo. Como seguidores de Cristo, debemos desprendernos de las actitudes, ideas y motivaciones del pasado. El Espíritu Santo ilumina nuestro entendimiento y nos permite ver las cosas desde la perspectiva Divina. Así, el Señor puede crear en nosotros dependencia en Él y sometimiento a su Espíritu. La transformación es usualmente gradual, pero Dios permitirá algunas veces que las dificultades y el dolor desarrollen nuestra confianza en Él. (Isaías 48:10)

2.    Modelos bíblicos de Madurez Espiritual. Pensemos en los modelos bíblicos de la fe:

Sara y Abraham lucharon con el problema de la infertilidad durante muchos años antes de recibir al hijo prometido (Génesis 21:1,2).

José fue vendido como esclavo y encarcelado injustamente antes de poder salvar a su nación del hambre (Génesis 45:5).

Y en su nuevo papel como madre de Jesús, María se arriesgó a ser acusada de inmoral (Mateo 1:18,19).

 

Todas estas personas enfrentaron angustias y quebrantamiento que les permitieron aceptar su propia insuficiencia y la suficiencia de Dios.

¿Algo le está impidiendo someterse al Señor?

 

¡¡¡Dios desea y trabaja para que maduremos espiritualmente,

de manera que, en nuestra insuficiencia, encontremos suficiencia en Él!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

DEMOSTRARÉ MI MADUREZ EN TODAS LAS ÁREAS DE MI VIDA, ESPECIALMENTE EN LA ESPIRITUAL, HACIÉNDOME DEPENDIENTE DEL SEÑOR, SOMETIENDOME A SU ESPÍRITU Y SIENDO SENSATO Y PRUDENTE EN MI ACTUAR.

 

ORACIÓN:

Dios Grande y Poderoso, El Gibor, El Dios Todopoderoso (Isaías 9:6). Dios y Señor nuestro, Tú has llevado mi vida a niveles a los cuales tal vez nunca sospeche llegar, pero a través de la madurez que has impartido a mi espíritu; por tanto hoy te pido que me ayudes a lograr esos niveles de madurez en todas las áreas de mi vida, y aceptar la responsabilidad que esto conlleva, para lograr cumplir el propósito para el cual me has creado, utilizando las habilidades y los dones que me has dado al máximo, y con gozo y con acción de gracias, poder depender totalmente de Ti y someterme a tu Espíritu. He orado en el Poderoso Nombre de mi amado Señor y Salvador Jesús ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri