jueves, 30 de marzo de 2017

LA TENTACIÓN

 

GÉNESIS 3:1-6 La serpiente era el más astuto de todos los animales salvajes que el Señor Dios había hecho. Cierto día le preguntó a la mujer: ¿De veras Dios les dijo que no deben comer del fruto de ninguno de los árboles del huerto? Claro que podemos comer del fruto de los árboles del huerto, contestó la mujer. Es solo del fruto del árbol que está en medio del huerto del que no se nos permite comer. Dios dijo: "No deben comerlo, ni siquiera tocarlo; si lo hacen, morirán". ¡No morirán! respondió la serpiente a la mujer. Dios sabe que, en cuanto coman del fruto, se les abrirán los ojos y serán como Dios, con el conocimiento del bien y del mal. La mujer quedó convencida. Vio que el árbol era hermoso y su fruto parecía delicioso, y quiso la sabiduría que le daría. Así que tomó del fruto y lo comió. Después le dio un poco a su esposo que estaba con ella, y él también comió. (N.T.V.)


©  La tentación puede ser fuerte, pero no es irresistible

Satanás es tan astuto que fue capaz de engañar a Eva para que pecara. Su respuesta a la pregunta que él le hizo revela que Eva sabía exactamente lo que Dios le había dicho.

©  ¿No somos también nosotros así hoy?

Sabemos exactamente lo que dice la Palabra de Dios, pero muchas veces no obedecemos al Señor.

©  ¿Pasa usted más tiempo complaciendo sus deseos, incluso si eso significa practicar el pecado, en lugar de meditar en las Sagradas Escrituras y orar?

 

Tenemos un enemigo que no solo es sagaz e inteligente, sino también cruel e implacable. Su objetivo es alejarle de su Creador, detener su crecimiento como creyente y minimizar su influencia en bien del Reino de Dios. Él conoce sus debilidades; también sabe cómo sorprender, atraer y disfrazarse. Por esta razón es imprescindible que cada creyente mantenga una fuerte defensa por medio de una comunión renovada y continua con Jesucristo. Él es nuestro refugio y su Palabra un arma muy eficaz. El Señor es santo; satanás es perverso. Aprenda, por lo tanto, a responder a la tentación sabiendo que el origen de ella es un enemigo perverso decidido a robarle su gozo y a destruir su efectividad como hijo de Dios. Por lo tanto, acuda al Señor y pídale que le ayude a vencer. Él es el Aquel que puede y está dispuesto a darle la victoria. Recuerde esto:

©  "Mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo" (1 Juan 4:4).

 

CONFESIÓN DE FE:

ACUDIRÉ AL SEÑOR CUANDO SATANÁS ME LANCE SUS DARDOS DE FUEGO. ORARÉ, DICIENDO: GRACIAS, POR SER TU HIJO. TE RUEGO QUE ME PROTEJAS. Y DIOS, QUE ES FIEL, ME DARÁ SU AYUDA PARA QUE ESCAPE (1 CORINTIOS 10:13).

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Sali, Dios mi Roca (Salmo 62:7). Mi amado Dios Todopoderoso, Fuerte Guerrero, Tú eres mi defensor, mi refugio, mi protección de todo ataque que pueda urdir el enemigo en mi contra. Por eso estoy convencido y seguro que, como dice el salmista, puedo confesar yo: Mi victoria y mi honor provienen solamente de Dios; Él es mi refugio, una roca donde ningún enemigo puede alcanzarme. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo, porque Tú me das las herramientas para soportar, resistir y salir de la tentación. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.