domingo, 13 de junio de 2021

 LA VENGANZA EN EL MATRIMONIO

 

¡¡¡La venganza es una actitud de castigar o desquitarse con un ofensor!!!

 

MATEO 5:38,39

Han oído la ley que dice que el castigo debe ser acorde a la gravedad del daño:

"Ojo por ojo, y diente por diente". Pero Yo digo: no resistas a la persona mala.

Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, ofrécele también la otra mejilla.

(NTV)

 

La venganza es una actitud casi automática en el corazón de la mayoría de los seres humanos y daña el corazón de quien la ejecuta y de quien la recibe.

¡Me la hiciste, me la pagas!

 

En el matrimonio es normal que nos ofendamos al menos algunas veces.

Puede ser por descuidos, por falta de atención, por mala comunicación y por muchas otras razones más.

Cuando se genera una ofensa entre dos personas, normalmente hay una tendencia inmediata a vengarse del ofensor.

 

Muchas veces ofendemos sin estar conscientes de la ofensa.

Entonces el cónyuge reacciona con una actitud agresiva o indiferente con nosotros y no entendemos porqué.

Entonces reaccionamos con otra arma de contraataque y así se va deteriorando la relación.

 

¡¡¡Cuidado, la venganza no conoce el amor; porque no es capaz de perdonar,

siempre va a tratar de poner la justicia humana primero que la justicia de Dios, porque es una reacción de la carne!!!

 

La venganza en el matrimonio nunca sana ni soluciona un conflicto, por el contrario, genera una cadena de contra-venganzas que finalmente puede destruir una relación.

La venganza a veces se expresa pasivamente, negándole el amor al cónyuge, siendo indiferentes y haciendo cosas que le demuestren al cónyuge su enojo.

 

1 PEDRO 3:8,9

Sean todos de un mismo sentir: compasivos, amándose fraternalmente, misericordiosos y humildes. No devuelvan mal por mal ni maldición por maldición sino, por el contrario, bendigan; pues para esto han sido llamados, para que hereden bendición. (RVA'15)

 

Aun cuando seamos conscientes de la ofensa infringida, Dios nos da la instrucción correspondiente cuando somos afectados por otra persona; en este caso el cónyuge:

No debemos devolver la ofensa, sino perdonar inmediatamente devolviendo la ofensa con una bendición sincera.

Luego, debemos buscar el momento y el lugar oportuno para expresarle al cónyuge el dolor que sentimos por la ofensa, sin acusarle ni juzgarle, solamente expresando el sentimiento.

 

De esta manera se evita el veneno de la venganza y pueden resolver la situación a la manera de Dios.

 

Hay ofensas que son difíciles de soportar y que ponen a prueba nuestra madurez en las relaciones y como hijos de Dios.

Por esta razón es que debemos alimentarnos espiritualmente con la Palabra de Dios en el devocional de pareja, para que nos de la capacidad de sobreponernos a las ofensas y mantenernos obedientes a nuestro Padre Celestial y en armonía familiar.

 

CONCLUSIÓN:

Vencer una debilidad como la venganza y a cambio tener la capacidad de bendecir y hacerle el bien a quien nos ofendió, es una manifestación de obediencia y amor a nuestro Padre Celestial que va a activar hermosas bendiciones para nuestra vida matrimonial, entre ellas la paz, el gozo a pesar de, prosperidad y mucho más.

Si has reaccionado en venganza contra tu cónyuge en alguna situación, pídele perdón a Dios primero.

Luego habla con tu cónyuge y pídele perdón por haber reaccionado con una actitud vengativa.

Exprésale tus sentimientos, tu dolor por alguna circunstancia que provocó la venganza y comprométanse a no ejercer nunca más esa actitud.

 

¡¡¡Así es como funciona!!!

Tu matrimonio y tu familia son el tesoro más valioso que Dios te ha dado

¡¡¡CUÍDALOS!!!

 

Un Abrazo, Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti,

y tenga de ti misericordia; y permita que prosperes en todas las áreas de tu vida,

y derrame sobre ti muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, Salud

y mucha Prosperidad      

Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri