lunes, 13 de diciembre de 2021

¿POR QUÉ VINO JESÚS?

 

HEBREOS 2:14,15

Debido a que los hijos de Dios son seres humanos, hechos de carne y sangre,

el Hijo también se hizo de carne y sangre. Pues solo como ser humano

podía morir y solo mediante la muerte podía quebrantar el poder del diablo,

quien tenía el poder sobre la muerte. Únicamente de esa manera el Hijo

podía libertar a todos los que vivían esclavizados por temor a la muerte.

(NTV)

 

Este pasaje que estudiamos hoy, vale más que 2 minutos en un devocional de advenimiento.

 

Estos versículos conectan el principio y el fin de la vida terrenal de Jesús.

Aclaran la razón de su advenimiento. Serían excelentes para usar con un amigo incrédulo o un familiar para llevarle paso por paso a través de la perspectiva cristiana de la Navidad.

 

Se puede explicar de la siguiente manera:

 

1.     Debido a que los hijos de Dios son seres humanos, hechos de carne y sangre… (Vs.14A)

El término "hijos" se toma del versículo anterior y se refiere a la descendencia espiritual de Cristo, el Mesías (Isaías 8:18, 53:10). Éstos también son los hijos de Dios. Es decir, al enviar a Cristo, Dios tenía la salvación de sus hijos especialmente en vista. Es verdad que de tal manera Dios amó al mundo, que envió a Jesús (Juan 3:16), pero también es verdad que Dios estaba obrando especialmente para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos (Juan 11:52).

 

El diseño de Dios fue ofrecer a Cristo a todo el mundo, y realizar la salvación de sus hijos (1 Timoteo 4:10). Usted puede ser adoptado por Dios al recibir a Cristo (Juan 1:12).

 

2.    …el Hijo también se hizo de carne y sangre. (Vs.14B)

Cristo existía antes de su encarnación. Él era Espíritu, Él era el Verbo eterno, Él estaba con Dios y Él era Dios (Juan 1:1; Colosenses 2:9). Pero Él tomó carne y sangre y vistió su Deidad con humanidad. Él llegó a ser plenamente humano y permaneció plenamente Dios.

 

Es un gran misterio en muchas maneras, pero es el corazón de nuestra fe y es lo que la Biblia enseña.

 

3.    … y solo mediante la muerte… (Vs.14C)

La razón por la que Jesús se hizo hombre fue para morir. Si solo fuera Dios, no podría haber muerto por pecadores, pero como hombre, sí pudo. Su meta fue morir, por eso, tuvo que nacer como humano. Nació para morir.

 

El viernes santo es la razón de la Navidad. Y esta verdad es lo que se necesita decir acerca del significado de la navidad.

 

4.   "...para destruir...al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo..." (Vs.14D RV60)

Al morir, Cristo le quitó el poder al diablo.

¿Cómo? Al quitar todo nuestro pecado.

Esto quiere decir que Satanás no tiene ninguna base por la cual acusarnos delante de Dios.

 

¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. (Romanos 8:33).

¿Sobre cuál base justifica? Por medio de la Sangre de Jesús (Romanos 5:9).

 

El arma más poderosa de Satanás contra nosotros es nuestro propio pecado; si la muerte de Jesús ha quitado nuestro pecado, esa arma se ha quitado de sus manos.

 

No puede hacer un caso para nuestra pena capital porque Dios Padre, el Juez nos ha declarado justos por la muerte de su Hijo Jesucristo.

 

5.    Únicamente de esa manera el Hijo podía libertar a todos los que vivían esclavizados por temor a la muerte. (Vs.15)

Así que, somos libres del temor a la muerte.

Dios nos ha justificado, y Satanás no puede anular ese decreto.

 

Y Dios quiere que nuestra seguridad eterna tenga un efecto inmediato en nuestras vidas. Quiere que este final feliz quite la esclavitud y el temor ahora mismo.

 

Si no hay que tener miedo a nuestro último y mayor enemigo, la muerte, no hay

que tener miedo de nada, podemos ser libres: libres para el gozo, libres para otros

¡¡¡Que regalo de Navidad de Dios para nosotros y de nosotros para el mundo!!!

 

Un Abrazo, Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti,

y tenga de ti misericordia; y permita que prosperes en todas las áreas de tu vida,

y derrame sobre ti muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, Salud

y mucha Prosperidad en esta Navidad


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri