jueves, 5 de noviembre de 2015

AVARICIA

 

MALAQUÍAS 3:8-9 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. (V.R.V.)

 

©  Cuando una persona recibe a Cristo en el corazón toda su vida cambia, incluida su rebeldía a la obediencia.

Ha nacido de nuevo, a la nueva vida que Cristo le ofrece, y entonces es un bebé espiritual que debe ser cuidado y alimentado.  Ningún bebé se rebela contra la madre que quiere alimentarle ni se niega a comer los alimentos. El se rinde ante los brazos de su madre para que ella haga de él lo que sea más conveniente. Esto es una realidad en el cuidado de un recién nacido físico, pero a veces pareciera que no lo es tanto con los recién nacidos espirituales.

 

Muchos hijos de Dios pareciera que no entienden el asunto del diezmo. Ellos ven solamente el dinero que tienen que dar y no entienden el principio central:

©  Obedecer un mandato de Dios.

Dios necesita un pueblo obediente que le ame a Él por sobre todas las cosas. El Señor, en su infinita gracia, ha decidido que para sostener el ministerio de la iglesia (como fue en la antigüedad el sostenimiento de todo lo referido al templo de Dios y el ministerio sacerdotal) cada persona que trabaje le devuelva a Él, el diez por ciento de sus entradas. Note que dije "devolver". Si soy un cristiano obediente todo lo que tengo es de Dios y nada es mío. El sólo me lo da para que lo administre para su Gloria. El diezmo es devolución a Dios. Yo doy mis ofrendas, pero el diezmo le pertenece a Dios. Esto es mucho más que un impuesto espiritual, es una acción espiritual que demuestra si tenemos un corazón dador o retenedor. Muchos cristianos viven una vida de avaricia y son retenedores de lo que Dios les ha dado primero. Aquel que recibe algo de Dios y no se lo devuelve con un corazón agradecido, esa bendición, tarde o temprano, se le transforma en maldición. Si usted es un cristiano obediente va a dejar de poner excusas sobre si el diezmo es del Antiguo Testamento o bajo la ley, y va a devolverle a Dios lo que le corresponde. Dios lo ha diseñado a usted para ser un dador y no un retenedor.

©  Viva a la altura de la Palabra de Dios para ser una persona bendecida por Él.

 

CONFESIÓN DE FE:

SOY UN CRISTIANO OBEDIENTE EN TODOS LOS ASPECTOS DE MI VIDA, POR LO CUAL SOY UN DADOR, DEVUELVO AL SEÑOR LO QUE ES SUYO, LOS DIEZMOS, Y ME DELEITO EN LAS OFRENDAS.

 

ORACIÓN:
Padre Celestial, Jehová Jireh, Dios que provee (Génesis 22:14). 
Adonai, Señor de señores, estoy totalmente convencido que todo lo ves y estás consciente de nuestros problemas y necesidades, y te has comprometido a proveer por las necesidades de los que en Ti creemos y te obedecemos. Es por eso que hoy te pido, quita de mí ese espíritu de avaricia que arrastro de mi vieja vida pecaminosa. Dame la fuerza para decidir obedecerte y vivir bajo la bendición financiera que Tú has prometido a los que diezman con fidelidad. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo por traer revelación de tus verdades a mi nueva vida. Amén.


Juan Manuel Lamus O.