jueves, 19 de febrero de 2015

 

DISFRUTE

 

ECLESIASTÉS 2:24-26 No hay para el ser humano más felicidad que comer, beber y disfrutar de su trabajo, pues he descubierto que también esto es don de Dios, y nadie come ni disfruta sin su consentimiento. A quien le agrada, Dios le concede sabiduría, ciencia y alegría; pero al pecador le impone la tarea de recoger y acumular para dejárselo al que agrada a Dios. ¡También esto es ilusión y vano afán! (B.L.P.H.)

ECLESIASTÉS 12:13 Conclusión del discurso: todo está dicho. Respeta a Dios y guarda Sus mandamientos, pues en eso consiste ser persona. (B.L.P.H.)

 

©      El disfrute de la vida = satisfacción profunda en la voluntad de Dios.

(Leer todo Eclesiastés 2)

El rey Salomón no fue solo el hombre más sabio que haya existido (1 Reyes 3:12); también fue bendecido con riquezas inimaginables y con el privilegio de construir el Templo de Dios.

©      Por tanto, es de esperar que supiera lo que era disfrutar la vida.

 

En la búsqueda de esa satisfacción profunda, Salomón se dedicó a incursionar en toda clase de cosas. Eclesiastés nos dice que se entregó a los placeres del mundo, interesándose incluso en actividades que sabía que eran una locura, para ver si había algo que valiera la pena en ellas. Pero la satisfacción que buscaba Salomón lo esquivaba, y llegó a la conclusión de que la auto indulgencia no tenía ningún valor. Para sentir satisfacción, el rey probó otra cosa: la realización personal. Emprendió grandes proyectos, tales como la construcción de casas para sí mismo, el mejoramiento de su entorno con jardines y parques, y llevó a cabo un vasto proyecto de irrigación (Eclesiastés 2:6). El rey tenía todo lo que podía necesitar para disfrutar de la vida, pero al final llegó a la conclusión que nada tenía sentido.

 

©      La historia nos resulta familiar, ¿verdad?

Nuestro mundo tiene muchas personas educadas y exitosas, pero también muy descontentas con la vida. Nuestra cultura persigue el placer y no acepta límites. Lamentablemente, esa falta de moderación ha arruinado a innumerables vidas.

Salomón tenía la sabiduría y los recursos para lograr todo lo que quisiera hacer. Pero los objetivos que persiguió no le dieron ninguna satisfacción. Llegó a la conclusión que lo mejor era obedecer a Dios para conseguir la satisfacción profunda (Eclesiastés 12:13).

 

CONFESIÓN DE FE:

ESTOY COMPLETAMENTE CONVENCIDO DE QUE EL GOZO VERDADERO, EL DISFRUTE, ES DECIR, LA SATISFACCIÓN PROFUNDA EN LA VIDA, SOLO SE TIENE CUANDO NOS AJUSTAMOS A LA VOLUNTAD DE DIOS.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, El Simchat Gili, Dios la Alegría de mi exaltación (Salmo 43:4). Mi amado Rey y Señor, eres la verdadera fuente de mi gozo, de la satisfacción profunda, es por eso que hoy puedo decir como el salmista: Envía Tu luz y Tu verdad, que ellas me guíen y me lleven a Tu santo monte, al lugar donde Tú vives. Y llegaré al altar de Dios, al Dios de mi intenso gozo, de mi disfrute y te alabaré Dios mío. ¿Por qué estoy abatido? ¿Por qué estoy tan turbado? En Ti pondré mi esperanza, no cesaré de alabarte. Gracias mi Señor Jesucristo pues hoy puedo decir que eres mi Dios Salvador, y el único capaz de producirme una satisfacción profunda. Amén.


Juan Manuel Lamus O.