viernes, 29 de mayo de 2020

RECEPTIVIDAD

 

SALMO 85:8,9 Voy a escuchar lo que Dios el Señor dice: Él promete paz a su pueblo y a sus fieles, siempre y cuando no se vuelvan a la necedad. Muy cercano está para salvar a los que le temen, para establecer Su Gloria en nuestra tierra. (NVI)

 

Dios le está hablando…

¿Tiene usted buena receptividad?

¿Está dispuesto a escucharlo?

 

¡¡¡Nuestro concepto de Dios determina cómo nos relacionamos con Él!!!

Quienes lo ven como lejano e impersonal pueden sorprenderse al saber que Él "habla" personalmente a todo el mundo, incluso a aquellos que niegan su existencia

 

Puesto que Dios quiere que le conozcamos y que nos relacionemos con Él, busca comunicarse con nosotros constantemente. Para quienes están dispuestos a escuchar, la voz de Dios puede discernirse por medio de muchas fuentes, la más obvia es la Biblia, pero Él puede también llamarnos:

1.     Mediante el Espíritu Santo, o el llamado "hombre interior".

2.    Por medio de nuestras autoridades espirituales.

3.    Habla, incluso, por medio de las circunstancias y las maravillas de su creación.

 

Creo que todos quedaríamos maravillados si supiéramos cuantas maneras diferentes tiene nuestro tierno Padre Celestial para tratar de captar nuestra atención. Él llama con una voz silenciosa que habla al corazón y a la mente. Aunque sus palabras pueden dirigirse a una multitud, Dios tiene un mensaje específico e individualizado para cada quién. Es por eso por lo que dos personas pueden escuchar el mismo sermón o leer los mismos versículos de la Biblia y encontrar dos aplicaciones diferentes del mensaje. Dios, aunque a veces lo hace, no siempre reparte ideas de aplicación general, sino que comunica ideas concretas a cada persona específicamente.

 

La actividad continua es un gran obstáculo para la receptividad. Cuando tenemos la vida llena del clamor de este mundo, la voz silenciosa de Dios no puede ser percibida.

Aparte tiempo hoy para escuchar su llamado, piense en lo que Dios le está diciendo porque Él se deleita en hablar con usted.

 

CONFESIÓN DE FE:

APARTARÉ EL TIEMPO NECESARIO Y DE CALIDAD PARA DISCERNIR LA VOZ DE DIOS, NO DEJARÉ QUE LOS GRITOS DEL MUNDO SEAN TROPIEZO PARA MI RECEPTIVIDAD, PUES SE QUE ÉL SE DELEITA EN HABLAR CONMIGO.

 

ORACIÓN:

Dios Todopoderoso, El HaMakom, El Omnipresente (Jeremías 23:23,24). Mi amado Padre Celestial, Dios lleno de sabiduría y amor, sé que Tú, El Todopoderoso, no estás distante, por lo contrario, estás cerca de tu creación. No has creado el mundo y lo has abandonado, y la encarnación del Señor Jesús expresa supremamente esta verdad. Es por eso por lo que hoy clamo a Ti para que me ayudes a ser un oyente dispuesto y centrado en la receptividad de tu preciosa y melodiosa voz. Que yo pueda discernir tu mensaje y se pueda hacer vida para mi vida, de manera que trabajando en pos de él y poniéndolo en práctica en la cotidianidad, se puedan dar los frutos del propósito por el cual Tú me hablas. Gracias Padre Celestial por hablar a mi corazón permanentemente y de tantas maneras. He orado en el Poderoso Nombre del Señor Jesús ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.