jueves, 24 de abril de 2014

EL CONSOLADOR

EL CONSOLADOR

 

JUAN 16:5-8 Pero ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas? Antes, porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón. Pero Yo os digo la verdad: Os conviene que Yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando Él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. (V.R.V.)

 

©      De cómo estar convencidos que no estaremos solos, pues el Señor Jesús nos ha enviado al Consolador, el Espíritu Santo.

 

Hoy es un día hermoso para acercarnos a Dios en entrega, devoción y oración.  Hoy es un día especial porque nuevamente tenemos vida física  y espiritual gracias a la misericordia y a la bondad del Señor.  Al acercarnos hoy en oración necesitamos recordar la lección hermosa que el Señor y Salvador Jesucristo nos enseñó a través de la escritura, la lección de que no estaríamos solos, pues Él enviaría a nosotros al Consolador.  Si hay alguna cosa en la tierra de la cual hoy podemos estar seguros es que el Padre Celestial desea que seamos llenos del Espíritu Santo y precisamente el Padre se deleita en darnos el Espíritu Santo Hoy.

 

Si aprendemos la lección y nos convencemos de que la promesa del Padre es real, de que lo dicho por Jesús el Salvador es verdad, de que Él enviaría al Consolador y aprovechamos al máximo ese gran tesoro llegado de los cielos y que habita por la fe en el corazón, entonces podremos disfrutar de libertad y poder para orar, y a la vez seremos un canal para que esa libertad y poder se derrame en la iglesia, sobre toda carne, sobre todo individuo y sobre cada esfuerzo especial.  Quién aprende a conocer al Padre en la oración y apreciar la persona del Consolador en su vida, aprende a orar más confiadamente por otros y a moverse en dimensiones espirituales completamente nuevas. La promesa de un Consolador es real y la debemos aprovechar al máximo. El Padre nos da el Espíritu Santo y Él es el compañero fiel y permanente.  La persona del Espíritu Santo no vendrá hoy sobre nosotros, porque ya está en nosotros.  Desde el momento que nos humillamos al Señor y entregamos la vida a Él, desde ese momento la Escritura dice que el Espíritu viene a morar dentro de nosotros, y hoy  quiere fluir a través nuestro para revelar así la persona de Jesucristo a los demás. 

 

CONFESIÓN DE FE:

HOY QUIERO SER UN CANAL DE BENDICIÓN Y DE APOYO A OTROS.  QUIERO SERLO A TRAVÉS DE LA ORACIÓN Y A TRAVÉS DEL AMOR QUE PUEDA COMPARTIR, PORQUE EL CONSOLADOR ESTÁ EN MÍ Y A TRAVÉS DE MÍ OPERANDO.

 

ORACIÓN: 

Señor Jesús, El Elyon, El Altísimo (Génesis 14:18). Gracias, Señor, por darme la hermosa persona del Espíritu Santo para ser mi Consolador y mi Ayudador.  Es una gran promesa que ha llegado a mi corazón y esa promesa se hace realidad a través de mí, siendo el canal por el cual fluya el Consolador. Amado Señor y Salvador, en tu misericordia yo hoy puedo descansar y en tu misericordia yo hoy puedo confiar. Gracias por llenarme con tu poder y guiarme en el camino de tu sabiduría por tu Santo Espíritu.  Hoy he aprendido en tu altar que no estoy solo, dentro de mi está el Consolador para guiarme a toda verdad.  Gracias Señor y Salvador Jesucristo por deleitarme con tus bondades y concediéndome la persona del Espíritu  Santo como mi Consolador. Amén.

 
Juan Manuel Lamus O.