lunes, 20 de febrero de 2017

PASIÓN Y PROFUNDIDAD

 

SALMO 42:1-4…8 Como el ciervo anhela las corrientes de las aguas, así te anhelo a ti, oh Dios. Tengo sed de Dios, del Dios viviente. ¿Cuándo podré ir para estar delante de Él? Día y noche solo me alimento de lágrimas, mientras que mis enemigos se burlan continuamente de mí diciendo: "¿Dónde está ese Dios tuyo?" Se me destroza el corazón al recordar cómo solían ser las cosas: yo caminaba entre la multitud de adoradores, encabezaba una gran procesión hacia la casa de Dios, cantando de alegría y dando gracias en medio del sonido de una gran celebración… Pero cada día el Señor derrama su amor inagotable sobre mí, y todas las noches entono sus cánticos y oro a Dios, quien me da vida. (N.T.V.)


©  La consagración de David es para nosotros un buen ejemplo de pasión y profundidad en la relación con Dios.

©  ¿Quiere saber quién es Dios y lo que Él más desea de usted?

Es posible que usted haya almacenado un montón de información intelectual acerca de Dios y de la Biblia; eso es importante, pero no es lo principal. Usted puede servir al Señor y ofrendar generosamente a la iglesia, pero lo más importante es la profundidad de su relación con Dios. El conocimiento, el servicio y los diezmos nunca pueden sustituir a una relación personal con el Señor Jesucristo.

 

El salmista y rey David entendió esta verdad, y ella lo fortalecía en tiempos de dificultades. Cuando su hijo Absalón trató de apoderarse del trono, huyó al desierto, donde escribió estas palabras, que podemos leer en el pasaje que estudiamos hoy: "Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo" (Vs.1,2 VRV). Él sabía que, aun en esa terrible adversidad, podía contar con la misericordia inagotable del Señor que se derramaba sobre él (Vs.8). En todos los salmos, vemos una y otra vez el hambre y la sed del Señor que tenía David. Era esa pasión, no su fuerza, sus dotes carismáticos, o su notable habilidad para comandar un ejército, lo que hizo de él un gran hombre. Y a pesar de que cometió errores graves, la Biblia lo describe como un hombre conforme al corazón de Dios (1 Samuel 13:14).

 

No basta leer la Biblia, ayudar y dar dinero para la obra de Dios. Él quiere que usted lo conozca personalmente, con pasión y profundidad. Si bien las manifestaciones de consagración a Él son importantes, ellas deben ser el resultado de una relación madura con el Señor. Si tratamos primero de conocerlo, lo demás vendrá después.

 

CONFESIÓN DE FE:

PROCURARÉ CON PASIÓN Y PROFUNDIDAD, DILIGENCIA Y PERSEVERANCIA, ESTABLECER UNA VERDADERA RELACIÓN CON DIOS, LA CUAL ME PUEDA LLEVAR A UNA VERDADERA CONSAGRACIÓN A ÉL.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Oheenu, El Señor nuestro Dios (Salmo 8:9). Mi amado Dios y Señor hoy vengo a tu Presencia, primero que cualquier cosa, para darte gracias por la oportunidad que has dado, por medio del sacrificio de tu Jesucristo, de acercarme a Ti sin condición, simplemente con un corazón contrito y humillado que reconoce tu amor y tu misericordia todos los días. Quiero, con pasión y profundidad conocerte cada día más, vivir en esa verdadera relación como seguidor de Cristo, que me lleve a la completa y sincera consagración a Ti, para que no sea esta una religión sino una verdadera e íntima relación con un Dios que está vivo. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.


Juan Manuel Lamus O.