lunes, 24 de agosto de 2020

COMPLETAMENTE NUEVA

 

2 CORINTIOS 5:14-21 Sea de una forma u otra, el amor de Cristo nos controla. Ya que creemos que Cristo murió por todos, también creemos que todos hemos muerto a nuestra vida antigua. Él murió por todos para que los que reciben la nueva vida de Cristo ya no vivan más para sí mismos. Más bien, vivirán para Cristo, quien murió y resucitó por ellos. Así que hemos dejado de evaluar a otros desde el punto de vista humano. En un tiempo, pensábamos de Cristo solo desde un punto de vista humano. ¡Qué tan diferente lo conocemos ahora! Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado! Y todo esto es un regalo de Dios, quien nos trajo de vuelta a Sí mismo por medio de Cristo. Y Dios nos ha dado la tarea de reconciliar a la gente con Él. Pues Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando más en cuenta el pecado de la gente. Y nos dio a nosotros este maravilloso mensaje de reconciliación. Así que somos embajadores de Cristo; Dios hace su llamado por medio de nosotros. Hablamos en Nombre de Cristo cuando les rogamos: "¡Vuelvan a Dios!". Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo. (NTV)

 

De cómo ser hecho completamente Nueva Criatura en Cristo.

En el momento de la salvación, una persona se convierte en nueva criatura en Cristo. Algunos de nosotros hemos sentido el cambio cuando la carga del pecado fue levantada y reemplazada por el perdón y la esperanza. Pero…

¿Qué pasa si no sentimos nada? ¿Seguimos siendo salvos?

La salvación es el resultado de escuchar el evangelio y responder con arrepentimiento y fe. El sentimiento puede acompañar a la transformación, pero no determina su validez.

 

Convertirse en nueva criatura implica:

1.     Una Nueva Posición. Antes de la salvación, éramos enemigos de Dios, pero por medio de la muerte de Cristo a nuestro favor, hemos sido reconciliados con Él y nos hemos convertido en sus hijos. Con su muerte en la cruz, el Señor pagó el castigo por nuestros pecados y, además, su justicia nos fue acreditada en una transacción legal que la Biblia llama justificación.

2.    Una Nueva Presencia. En el momento de la salvación, el Espíritu Santo vino a vivir dentro de nosotros. Él obra para transformarnos, en un proceso llamado santificación, por el cual llegamos a ser cada vez más justos en la práctica.

3.    Un Nuevo Poder. Debido a que todavía luchamos con el pecado y el egocentrismo, vivir de acuerdo con las normas de Dios está más allá de nuestras capacidades. Pero cuando el Espíritu Santo entró en nuestra vida, trajo consigo el poder de Dios Todopoderoso, Su Gracia, que nos permite llegar a ser y hacer lo que Él desea.

 

Lo que tenemos ahora es la semilla de lo que al final llegaremos a ser.

 

¡¡¡Disfrutemos de los beneficios de ser una Nueva Criatura,

y el gozo de ser verdaderos seguidores de Jesucristo!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE LO QUE TENGO AHORA ES LA SEMILLA DE LO QUE AL FINAL LLEGARÉ A SER. AUNQUE EN EL PRESENTE PUEDA SER DIFÍCIL DISCERNIR LA VIDA TRANSFORMADA, ESTO SERÁ EVIDENTE CUANDO EL REDENTOR REGRESE Y PONGA MI CUERPO EN CONFORMIDAD CON EL CUERPO DE SU GLORIA.

 

ORACIÓN:

Padre celestial, El Chanun, Dios lleno de Gracia (Juan 1:16,17). Mi amado Dios y Señor Jesucristo, gracias por tu gracia y tu favor permanentes sobre mi vida, Tú me has hecho una nueva criatura y así me llenaste de fe y esperanza, yo te reconozco como mi Único y Verdadero Dios, mi Señor y mi Salvador. Yo estoy listo por medio de tu gracia y tu perdón, para anunciar esta buena nueva a mis semejantes, ejercer con conocimiento y con amor el ministerio que me has encargado, principalmente el de la reconciliación de todos con Dios Padre. Gracias Dios mío por hacerme una nueva criatura imprimiendo en mí el carácter de Cristo, de manera que pueda llegar a Su estatura y Su plenitud, a la semejanza de Su madurez espiritual y servirle a Él y a Su pueblo con denuedo, es decir con valentía, mucho amor, conocimiento y responsabilidad. He orado en el poderoso nombre de Jesús ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.