domingo, 22 de agosto de 2021

LA DIFICULTAD PARA PERDONAR A LA PAREJA

 

¡¡¡Hay cosas muy difíciles de perdonar en las relaciones humanas, y especialmente

en el matrimonio, pero de la mano de Dios siempre habrá una solución!!!

 

Esta es una pregunta frecuente en la consejería de pareja:

✘ "No puedo perdonar a mi pareja ¿Qué podemos hacer?"

 

Las heridas emocionales provocadas por acciones como:

Faltas de respeto graves, juicios injustos, violencia verbal o física, maltrato, traición, engaños y cosas por el estilo, son frecuentes en muchos matrimonios y son a la vez muy difíciles de perdonar.

 

Los agresores frecuentemente no miden la intensidad de sus actos y los pueden ver como algo común o que no es en realidad tan grave. Esa inconsciencia genera aún más resentimiento en la víctima.

 

La verdad es que la gran mayoría de los matrimonios, sin distingo del nivel espiritual, son susceptibles a conflictos y heridas emocionales que afectan sus relaciones. 



Una persona víctima de violencia doméstica agresiva, debe buscar ayuda de inmediato con su pastor, un familiar o una amistad cercana y llamar o denunciar con diligencia ante las autoridades respectivas.

 

No debe permitir que pase más de una vez, porque si lo hace, el agresor interpreta que usted nunca le acusará y se sentirá alentado a continuar el abuso.



 

Pero, por lo contrario, si usted ha sido víctima de heridas no violentas, pero muy dolorosas emocionalmente, debe también pedir ayuda para aprender a perdonar y liberarse de los pensamientos negativos que pueden provocar los rencores no resueltos.

 

¡¡¡Aunque puede ser muy difícil hacerlo, siempre debe haber

una actitud de perdonar y bendecir a su cónyuge!!!

 

La palabra de Dios nos exhorta a ello:

 

1 PEDRO 3:9

No paguen mal por mal.

No respondan con insultos cuando la gente los insulte.

Por el contrario, contesten con una bendición.

A esto los ha llamado Dios, y él les concederá su bendición.

(NTV)

 

Puede que usted me diga, y con algo de razón:

"Pastor, pero yo ya le perdoné, lo que pasa es que no quiero ni verlo(a) más".

Tienes que tomar la decisión de renunciar a tu actitud pecaminosa.

Que tal que Dios le dijera a usted: "Ok, te perdono tus pecados, pero no quiero que te vuelvas a acercar a mi".

¿Como se sentiría?

Nosotros no hicimos nada para merecernos el perdón de Dios, pero algunos sí exigen que su pareja se gane su perdón.



Dios no nos pone condiciones para darnos su perdón, ni nos exige una garantía de que no volveremos a pecar en el futuro.

 

En cambio nos dice que:

 

Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. (1 JUAN 1:9 RV60)

 

Si su pareja se arrepiente y le pide perdón, debe recordar el amor y la misericordia de Dios de perdonarle a usted, y tratar a su pareja de la misma manera.

 

La Palabra nos continúa exhortando:

 

Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo. (EFESIOS 4:32 NTV) 



 

UNA VERDAD EN ACCIÓN:

🙏🏼 Si las ofensas han sido muy graves, frecuentemente es necesario un perdón por etapas:

1.     La primera etapa consiste en mantener una actitud de amor y misericordia hacia su cónyuge. Esta actitud abre la posibilidad del perdón total y además evita que la amargura y el resentimiento consuman su vida.

2.    La segunda etapa puede ser una actitud de actos de bondad hacia su cónyuge, los cuales el Señor usará para ablandar el corazón de su pareja y ayudarle a reconocer sus errores.

3.    La tercera etapa podría ser una confrontación amorosa con su pareja para dejarle saber exactamente dónde está su dolor emocional; como se sintió por lo que pasó. Y estar dispuestos a escuchar también los sentimientos de tu pareja.



4.   La última etapa es una etapa de restitución en la que el cónyuge ofensor decide restituir a su pareja con acciones que le demuestren su arrepentimiento y su deseo de mejorar.

 

CONCLUSIÓN:

Usted, al igual que su cónyuge, probablemente ha sido unas veces ofensor y otras veces víctima.

De hecho, la mayoría de los cónyuges piensan, por lo general, que han sido más veces víctimas que ofensores.

Pero a pesar de que es una percepción muy subjetiva, la realidad es que no importa cuántas veces ha sido ofensor o víctima.

Lo verdaderamente importante es reconocer que también hemos ofendido y lastimado a nuestro cónyuge, por lo cual necesitamos pedir perdón, y perdonar con humildad y mansedumbre.

 

¡¡¡Así es como funciona!!!

Tu matrimonio y tu familia son el tesoro más valioso que Dios te ha dado

¡¡¡CUÍDALOS!!!

 

Un Abrazo, Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti,

y tenga de ti misericordia; y permita que prosperes en todas las áreas de tu vida,

y derrame sobre ti muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, Salud

y mucha Prosperidad


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri