viernes, 22 de mayo de 2015

DESALIENTO

 

SALMO 42:5-8 ¿Por qué estoy desanimado? ¿Por qué está tan triste mi corazón? ¡Pondré mi esperanza en Dios! Nuevamente lo alabaré, ¡mi Salvador y mi Dios! Ahora estoy profundamente desalentado, pero me acordaré de ti, aun desde el lejano monte Hermón, donde nace el Jordán, desde la tierra del monte Mizar. Oigo el tumulto de los embravecidos mares, mientras me arrasan tus olas y las crecientes mareas. Pero cada día el Señor derrama su amor inagotable sobre mí, y todas las noches entono sus cánticos y oro a Dios, quien me da vida. (N.T.V.)

 

©      De cómo superar el desaliento.

El desaliento puede robar la paz, la alegría y el contentamiento. Pero le tengo una gran noticia si se siente desalentado: ¡Usted no tiene que seguir así!

 

He conocido personas que parecían estar en una situación irremediable. Pero unos años más tarde, estaban en una situación excelente, ya fuera en términos de sus circunstancias o de sus emociones.

©      ¿La razón? Nunca se dieron por vencidas. En vez de entregarse a la autocompasión y a la queja, optaron por creerle a Dios, dar un paso de fe, y salir así del foso emocional.

 

David es un buen ejemplo. El mismo David, que logró grandes triunfos espirituales, tuvo algunas luchas espirituales bastante severas. Su reacción debe haber sido similar al desaliento después de lo sucedido en Siclag, ciudad donde estaba su hogar en aquellos días, pero mientras David y sus guerreros estaban ausentes, los amalecitas atacaron Siclag, le prendieron fuego y llevaron cautivos a sus mujeres, hijos e hijas. Al enterarse de todo eso, el pueblo quería apedrear a David, por lo que en medio de su dolor por su propia familia, David tuvo que soportar la angustia de la traición y el temor de perder la vida.

©      ¿Cómo reaccionó? "Se fortaleció en Jehová su Dios" (Vs.6).

Es decir, cobró aliento buscando a Dios quien de inmediato le prometió la victoria si perseguía a los atacantes (Vs.8). Y así sucedió.

 

Vale la pena, entonces, recordar que las decepciones son inevitables; el desánimo es por elección nuestra, y que en todo momento contamos con el apoyo, la simpatía y el poder de nuestro Padre Celestial. El puede tomar una situación irremediable, sea cual sea, y cambiarla de maneras mucho más maravillosas de lo que usted pueda imaginar.

©      ¿Vive usted en una espera confiado de lo que el Señor hará?

©      ¿O ha decidido permanecer en las profundidades del desaliento?

 

CONFESIÓN DE FE:

AL IGUAL QUE DAVID, CONVERTIRÉ MI DESALIENTO EN UNA PETICIÓN DE AYUDA A DIOS. ÉL PUEDE RENOVAR MIS ESPERANZAS Y EVITAR QUE LAS EMOCIONES NEGATIVAS DOMINEN MI VIDA.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Mauzi, Dios de mi Fortaleza (Salmo 43:2). Querido Dios, se que Tu, El Fuerte, deseas hacernos fuertes. Gracias mi Señor porque cuando me doy cuenta que soy débil, entonces Tu puedes hacerme fuerte, cuando estoy en comunión contigo y mi confianza esta puesta solo en Ti, se que sucederán milagros en mi vida que harán que mi desaliento desaparezca y pueda yo, con las herramientas que Tú me has provisto, dominar las circunstancias y no dejar que ellas me dominen; personas querrán ayudarme y los caminos llenos de obstáculos Tu allanaras. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo porque en Ti puedo confiar plenamente y digo: ¡Cuando estoy débil y triste, fuerte y feliz soy pues estoy en Tu presencia! Amén.

 
Juan Manuel Lamus O.