miércoles, 21 de septiembre de 2022

MISERICORDIOSOS

 

EFESIOS 4:30-32 No hagan que se ponga triste el Espíritu Santo de Dios, que es como un sello de identidad que Dios puso en ustedes, para reconocerlos cuando llegue el día en que para siempre serán liberados del pecado. Dejen de estar tristes y enojados. No griten ni insulten a los demás. Dejen de hacer el mal. Por el contrario, sean buenos y compasivos los unos con los otros, y perdónense, así como Dios los perdonó a ustedes por medio de Cristo. (TLA)

 

De cómo cambiar nuestro corazón justiciero y resentido por el que Dios quiere renovar y fortalecer en nuestra vida, uno misericordioso, noble y perdonador.

 

Efesios 4:22-24 (Léalo) habla de dos "disposiciones" diferentes que se encuentran dentro de cada creyente:

La actitud del yo, también conocido como "la carne", y

La justicia de una nueva naturaleza en Cristo.

Las características de estas dos inclinaciones opuestas están descritas claramente en el pasaje que estudiamos hoy. La superioridad del perdón, o la falta de este, determinarán en gran medida qué tendencia manda en nuestra vida. El resultado inevitable de un espíritu no perdonador es la ira, el rencor y la animadversión. Al negarnos a perdonar, dejamos que la naturaleza pecaminosa domine y produzca su fruto venenoso.

 

Cada área de nuestra vida se ve afectada cuando nos negamos a dar a otros el perdón que Cristo nos dio con tanta generosidad; de manera que, estamos tratando a quienes nos rodean como no quisiéramos jamás que el Señor Jesús nos tratara a nosotros. Bien dice y nos ordena Él mismo en su Palabra:

Traten a los demás como les gustaría que ellos los trataran a ustedes. (Lucas 6:31 NTV)

La misericordia del Señor para con nosotros no tiene límites. Aunque el dolor y la injusticia de un agravio pueden rompernos el corazón o dañar nuestra autoestima, la negativa a perdonar, también le niega a Dios la oportunidad de sanar la herida. Queremos que Él cambie al ofensor, pero el Señor quiere transformarnos a nosotros.

 

¡¡¡Un espíritu y una vida de perdón nos libera para vivir

en nuestra nueva naturaleza, como la de Cristo, y nos permite

ver a los demás con ojos de gracia y misericordia!!!

 

Como verdaderos seguidores de Jesucristo, todos anhelamos mostrar las cualidades de nuestra nueva naturaleza, pero el Señor solo puede producirlas si estamos dispuestos a sustituir los agravios y los resentimientos por un corazón noble y perdonador.

Algo tiene que cambiar, deje que sea usted.

 

CONFESIÓN DE FE:

ESTOY PLENAMENTE CONVENCIDO DE QUE EL PERDONAR ME LIBERA PARA VIVIR DE ACUERDO CON EL MODELO DE CRISTO, ASÍ QUE VERÉ A LOS DEMÁS CON OJOS DE GRACIA Y MISERICORDIA, ASÍ COMO DIOS ME MIRA A MÍ.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial Elohim Selichot, Dios del Perdón (Nehemías 9:17). Mi amado Dios y Señor Jesucristo, hoy sé que los seres humanos podemos ser lentos para perdonar, pero que está en tu naturaleza y carácter el perdonar, pues tu deseo es concedernos tu perdón. También sé que el perdón viene primero de Ti, Señor Jesús, pues misericordioso eres Tú, has perdonado todos mis pecados pasados, presentes y futuros, has dado tu vida en sacrificio para borrar de mi todas las transgresiones, ofensas y faltas que he cometido en contra tuya y de mis semejantes, pero hoy me hago el propósito de pedir perdón y también perdonar a aquellos que me han ofendido de igual forma como  me lo has enseñado y modelado, con un corazón noble y misericordioso como el tuyo; gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri