miércoles, 7 de diciembre de 2016

CAUSAS

 

ROMANOS 3:5-7 Sin embargo, algunos podrían decir, "nuestro pecado cumple un buen propósito porque muestra a otros lo justo que es Dios. ¿No es injusto, entonces, que Dios nos castigue?" (Este no es más que un punto de vista humano). ¡De ninguna manera! Si Dios no fuera completamente justo, ¿cómo tendría autoridad para juzgar al mundo? Sin embargo, alguien podría seguir argumentando, "¿por qué Dios me juzga como pecador si mi mentira realza su veracidad y le da más gloria a Él?". (N.T.V.)


©  De las principales causas de la rebelión: la duda y el orgullo.

A los ojos de Dios, cualquiera que peca es un rebelde, y la Biblia en Romanos 3:23 nos dice que todos somos pecadores. Ahora bien, es entendible que un incrédulo decida actuar sin tener en cuenta la enseñanza bíblica, pero:

Ø  ¿Qué de los que hemos consagrado nuestra vida a obedecer a Cristo?

Ø  ¿Qué nos hace apartarnos de la voluntad de nuestro Padre Celestial?

 

Hay dos tendencias humanas muy fuertes que llevan a la desobediencia, la duda y el orgullo; ambas pueden ser peligrosamente engañosas:

1. La Duda: Es la lucha mental sobre si creer o no las promesas de Dios. Desde nuestra limitada perspectiva, no podemos entender cómo trabaja Dios. A veces, su manera de actuar no parece ser el camino correcto; por eso, para obedecer debemos lanzarnos por fe. Podemos sentir como si nos estamos lanzando desde un precipicio, confiando en la cuerda invisible de Dios que nos sostiene. Si damos oído a nuestra duda, desobedeceremos con toda seguridad.


2. El Orgullo: Es el pecado que llevó a satanás a caer del cielo, y es un obstáculo engañoso para los creyentes también. Todo lo que hagamos motivados por el orgullo es rebeldía contra Dios.

 

El enemigo quiere atraernos con la duda y el orgullo; y nosotros creemos que ambos están bien y los justificamos fácilmente desde nuestra perspectiva. Pero los creyentes deben seguir más bien las sabias palabras de Josué:

©  "Pero si les parece mal servir al Señor, escojan hoy a quién sirvan… Pero yo y mi casa serviremos al Señor." (Josué 24:15).

 

CONFESIÓN DE FE:

SEA CUAL SEA LA CAUSA, ESTOY PLENAMENTE CONVENCIDO QUE EL PECADO LLEVA A LA MUERTE; Y QUE EL CAMINO DE DIOS ES LA ÚNICA VÍA QUE LLEVA A LA SATISFACCIÓN, LA PAZ Y LA VIDA; ENTONCES VENCERÉ LA DUDA Y EL ORGULLO.

 

ORACIÓN:

Padre Santo, Elohim Kedoshim, Dios Santo (Josué 24:19). Mi amado Señor, El Rey de reyes, eres único, especial, singular, no hay nadie ni nada como Tú, ni nunca lo habrá; eres distinto de todos y de todo; eres puro y libre de cualquier error. Bien dice tu Palabra que resistes la rebelión y no soportas el pecado, pero también que eres un Dios misericordioso. Hoy yo quiero acudir a esa misericordia y no a tu justicia, pues podría salir mal librado, para que me ayudes a ser cada día más como Tú, mi Señor Jesús, digno de ser llamado hijo de Dios, pero no solo por la gracia tuya, regalo inmerecido, pero si por mi convicción, para dejar a un lado la duda y el orgullo y moverme de acuerdo a tus preceptos y servirte siempre. He orado en el Poderoso Nombre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Amén.


Juan Manuel Lamus O.