martes, 30 de enero de 2024

ORACIÓN FERVIENTE

 

SANTIAGO 5:16B-18 (NTV) La oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder y da resultados maravillosos. Elías era tan humano como cualquiera de nosotros; sin embargo, cuando oró con fervor para que no cayera lluvia, ¡no llovió durante tres años y medio! Más tarde, cuando volvió a orar, el cielo envió lluvia, y la tierra comenzó a dar cosechas.

 

Todos los que hemos sido justificados por Cristo y establecemos una relación íntima con Él, podemos llegar al corazón de Dios con oración, una ferviente que desencadena su poder.

 

Con frecuencia habrá escuchado a quienes le dicen: "Ayúdeme a orar, que a usted Dios sí lo escucha, usted tiene palanca con Él". Es un error. Dios nos escucha a todos. El hecho de que alguien haya desarrollado cierto grado de espiritualidad no lo lleva a tener privilegios delante Dios; Él nos ama por igual, y por igual escucha nuestro clamor,

sin embargo, Él si espera que seamos sus íntimos, que lo reconozcamos como nuestro Dios y Padre, y a Jesucristo como nuestro Salvador para proceder a desatar su poder.

 

📖 El apóstol Santiago reafirmó este principio cuando escribió el pasaje que estudiamos hoy. Su enseñanza gira alrededor del poder que se desencadena la oración de un justo, por ejemplo orar trae sanidad, y obra en las personas aquello que la ciencia médica considera imposible. Elías fue un profeta de Dios, pero cuando lo mira el apóstol Santiago desde su óptica, dice que era tan humano como usted o yo. En otras palabras, las oraciones de él iban a ser escuchadas ante el Padre como las suyas, o las que elevo yo en su Presencia.

 

¡¡¡Orar fervientemente no es para algunos solamente, es para todos!!!

Es la entrada al Trono Celestial, es la puerta para que las circunstancias

y la historia cambien, es el paso para que lo imposible se haga posible

 

A Dios no podemos presionarlo. Incluso, si hacemos teatro para disuadirlo, nada pasará porque Él conoce la intimidad de nuestro corazón, pero las circunstancias cambian cuando nos decidimos a orar fervientemente. Ahí el asunto es a otro precio.

El Pastor, predicador y escritor Carlos Annacondia precisa que:

"Hay momentos de desesperación en los que uno pide alterado, y el Señor está ahí para ayudarnos. La oración mueve Su mano poderosa. A través de una simple y sencilla oración, muchas personas se encontrarán con Jesús. Debemos cultivar nuestra amistad con Dios y cultivar no es otra cosa que hablar con Él. ¡Necesitamos tiempo para hablar con Dios!" (Carlos Annacondia. Citado en el libro "Cuarenta días de ayuno, oración y renovación personal")

 

Si la oración nos lleva a estar con Dios, esa misma oración ferviente elevada con fe y bajo la convicción de que algo ocurrirá, nos conducirá a un mayor acercamiento con Él. Eso explica por qué Jesús pasaba la noche en oración, o madrugaba a orar. Si clamamos en su voluntad, procurando que se cumplan sus planes predeterminados desde la eternidad, sin duda recibiremos respuesta: Las sanidades se producirán, las liberaciones ocurrirán, los milagros se harán una realidad, la sabiduría llegará.

 

Tome unos breves momentos para meditar en el asunto y decídase, desde hoy, a orar, así sea unos pocos minutos. Puedo asegurarle que, con el tiempo, se irá ampliando el tiempo que pasa en la presencia de Aquél que todo lo puede.

¿Está dispuesto a cambiar, desde hoy, su dinámica de oración? ¿De qué manera?

 

CONFESIÓN DE FE:

SÍ, ESTOY DISPUESTO A CAMBIAR LA DINÁMICA DE MI ORACIÓN, PUES TENGO LA SEGURIDAD DE QUE DIOS ME ESCUCHA, Y SIEMPRE ME CONTESTARÁ DE ACUERDO CON SU VOLUNTAD PARA MI VIDA; ENTONCES INCREMENTARÉ MIS TIEMPOS DE ORACIÓN PARA DESATAR SU PODER EN MI VIDA.

 

ORACIÓN:

Padre Nuestro, El Echad, el Dios Único (Malaquías 2:10). Mi amado Rey y Señor Jesucristo, Tú eres el único Dios Verdadero, el Todopoderoso, el intercesor por excelencia. Gracias Señor porque en la vida me enseñas, y las lecciones que recibo llegan a través de múltiples maestros que Tú colocas para mí, como el apóstol Santiago y el profeta Elías, que me enseñan a través de la Biblia, y hoy quiero aprender de ellos la lección de la oración ferviente y poderosa. Pues sé que cuando comienzo a transitar por el camino de la intercesión que me modelan, mi vida adquiere otro color y otra dimensión. El color del Cielo y la dimensión de lo espiritual, lo cual no puede ser jamás detenido por lo material. Gracias, mi Señor y Salvador Jesucristo por tu modelaje de intercesor único ante el Padre Celestial, y por el Apóstol Santiago y el profeta Elías, quienes te imitaron en la oración ferviente y poderosa por los demás; he orado en tu Poderoso Nombre, Jesús ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri