viernes, 30 de septiembre de 2016

INCORRECTOS

 

2 PEDRO 2:9,10 Esto es una prueba de que Dios sabe rescatar de las dificultades a los que dedican su vida a Él, pero también sabe cómo castigar a los perversos mientras esperan el día del juicio. El Señor castigará sobre todo a aquellos que se dejan llevar por sus sucios deseos y no respetan su autoridad. Ellos son los falsos maestros, atrevidos y tercos, que no tienen miedo de insultar ni siquiera a los poderes superiores. (P.D.T.)


©  Los deseos incorrectos llenan un corazón mundano. (Leer 2 Pedro 2 Completo)

Dios nos previene en contra de los deseos incorrectos, porque las pasiones pecaminosas pueden producir vacío, sufrimiento, frustración, dolor e incluso la muerte. Los creyentes sabios dejan que el Espíritu Santo de Dios dirija sus anhelos, y luego hacen los cambios que sean necesarios.

 

Los deseos impuros han sido parte de la naturaleza "carnal" desde la caída del hombre, y puede que se nos haga difícil verlos en nosotros mismos. En vez de cosas evidentes como el robo, las drogas o la inmoralidad, esos deseos involucran a menudo más actitudes y conductas sutiles, como desear la caída de un rival, el desprecio a la autoridad (2 Pedro 2:10), la obsesión por las riquezas (1 Timoteo 6:9), o incluso hablar con palabras infladas y vanas. Puesto que las pasiones mundanas pueden causar gran daño (2 Pedro 2:18), los creyentes deben rechazarlas. Pero no podemos vencer estos deseos con nuestras propias fuerzas. La única manera de vivir con rectitud es someterse al Espíritu de Dios. El Señor conoce nuestros deseos y entiende los errores sinceros. Cuando un creyente interpreta mal la guía del Espíritu Santo, o recibe un mal consejo, Dios mira el corazón. Puede permitir que suframos las consecuencias de una mala decisión, pero no avergonzará a sus hijos cuando cometen un error sin querer. Él puede convertir una situación mala en algo bueno (Romanos 8:28).

 

Entonces comprometámonos con el Señor a ser guiados por su Espíritu Santo, venciendo así los deseos incorrectos, pues cuando ponemos nuestras vidas totalmente en las manos del Padre Celestial, podemos reclamar las maravillosas promesas que Él tiene para nosotros, y después descansar en su Gracia.

 

CONFESIÓN DE FE:

DIOS PUEDE SALVARNOS DE LOS DESEOS MUNDANOS, INCORRECTOS, PERO DEBEMOS ESTAR DISPUESTOS A COMPROMETERNOS CON ÉL, A CONFIAR EN ÉL Y DEJARNOS GUIAR POR EL ESPÍRITU SANTO.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Kedoshim, Dios Santo (Josué 24:19). Mi amado Rey y Señor, El Santo de Israel, eres único, especial y singular. No hay nadie ni nada como Tú, ni nunca lo habrá, eres distinto de todos y de todo, santo, puro y libre de cualquier error. Bien dice tu Palabra que seamos santos porque Tú eres Santo (Levítico 19:20), y Pablo dijo que fuéramos imitadores del Señor (Efesios 5:1), por eso hoy quiero declarar en tu Presencia que quiero ser ese verdadero seguidor tuyo, que es capaz de someter su corazón al escrutinio y la dirección del Espíritu Santo, para que todos los deseos incorrectos y mundanos sean desarraigados de allí y vivir de una manera correcta y digna de un verdadero discípulo de Cristo. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amen.


Juan Manuel Lamus O.