domingo, 30 de diciembre de 2018

¡¡¡GRATITUD QUE SOBREABUNDA!!!

 

Como cristianos, tenemos mucho por lo cual estar agradecidos.

Pero, a veces, perdemos nuestro enfoque cuando somos distraídos por las responsabilidades, las luchas y los problemas de la vida.

Antes de que nos demos cuenta, nuestra alegría ha desaparecido, y terminamos mostrando un espíritu de amargura e ingratitud. Leamos:

 

COLOSENSES 2:6-10

Por lo tanto, de la manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor,

ahora deben seguir sus pasos. Arráiguense profundamente en Él y edifiquen toda la vida sobre Él.

Entonces la fe de ustedes se fortalecerá en la verdad que se les enseñó, y rebosarán de gratitud. No permitan que nadie los atrape con filosofías huecas y disparates elocuentes,

que nacen del pensamiento humano y de los poderes espirituales de este mundo y no de Cristo.

Pues en Cristo habita toda la plenitud de Dios en un cuerpo humano.

De modo que ustedes también están completos mediante la unión con Cristo,

Quien es la cabeza de todo gobernante y toda autoridad. (NTV)

 

Una persona agradecida reconoce a Dios como la fuente de toda provisión y bendición.

De hecho, un corazón agradecido caracteriza a una persona piadosa, pues da a conocer al que habita en su interior.

Incluso en el Antiguo testamento, el Señor deseaba gratitud de su pueblo.

No tenían la Biblia, pero utilizaba un sistema sacrificial de culto para enseñarles que Él era el Santo y Soberano Dios.

Fue así como aprendieron a expresar gratitud al entregarle sus ofrendas.

 

El pecado de la ingratitud en realidad comenzó en el jardín del Edén, cuando Adán y Eva decidieron que lo que Dios les había dado no era suficiente.

El Señor había creado un ambiente perfecto, con abundantes frutos para que comieran de todos los arboles, excepto uno.

Sin embargo, no estaban satisfechos y por eso desobedecieron a Dios.

Ø  De la misma manera, cada vez que despreciamos lo que el Señor nos ha dado, o queremos algo que esta fuera de Su voluntad, también demostramos ingratitud.

 

Entonces, todos nosotros debemos, por este abundante 2018 y el sobre abundante 2019 que nos espera, expresar a nuestro Padre Celestial…

 

¡¡¡Una Gratitud que Sobreabunda!!!

 

El agradecimiento comienza cuando reconocemos que solo Cristo es el responsable de nuestra salvación.

Nos escogió a cada uno antes de la fundación del mundo (Efesios 1:4) y nos dio el don de la fe, para que pudiéramos creer en Él (Efesios 2:8).

Desde el momento en que lo aceptamos como nuestro Salvador, comienza a desarrollar en nosotros las cualidades que producen corazones agradecidos.

 

De esta manera podemos entender por que estar agradecidos, hallar razones para sentir gratitud y, consecuentemente, entonces se manifiestan en nuestra vida las evidencias de un corazón agradecido. Veamos…

 

1.     POR QUE DEBEMOS ESTAR AGRADECIDOS:

 

En Colosenses 2:6,7, el apóstol Pablo nos enseña a ser agradecidos porque:

i.      Hemos sido Sellados.

En el momento en el que confiamos en Jesús, fuimos sellados, y nos dio la oportunidad de ser hijos de Dios. (Efesios 1.13)

ii.    Podemos caminar con Él.

Como creyentes, entramos en una relación personal con Jesús y crecemos hasta llegar a ser semejantes a Él. (Efesios 4:13)

iii.   Tenemos un fundamento sólido.

En Jesús, estamos firmemente arraigados como los arboles con raíces fuertes que nos mantienen de pie durante las tormentas de la vida.

Estas raíces crecen y se nutren de la Palabra de Dios, por lo que no seremos movidos ante la adversidad. (Salmo 1:3)

iv.  Somos edificados en Él.

La salvación es el fundamento de la vida cristiana, pero tenemos la responsabilidad de edificar nuestra vida sobre ese fundamento, mediante la lectura de la Palabra de Dios y el aplicar sus verdades a nuestro diario vivir. (Josué 1:8)

v.    Podemos ser establecidos en nuestra fe.

En un mundo de religiones y creencias falsas, podemos estar cimentados en la verdad de nuestra fe y así ser capaces de reconocer el engaño. (Efesios 4:14,15)

 

©     Bueno, pero también tenemos razones para "sentir" gratitud.

 

2.    RAZONES PARA SENTIR GRATITUD:

 

Aunque tengamos motivos para estar agradecidos como la familia, la provisión y la buena salud, no debemos pasar por alto las bendiciones espirituales que obtenemos por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por ejemplo:

 

         i.       Fuimos escogidos por Dios antes de la fundación del mundo.

        ii.      Somos templos del Espíritu Santo quien nos guía y nos permite hacer la voluntad del Padre.

        iii.     Estamos eternamente seguros y nadie puede arrebatarnos lo que Dios nos ha dado.

       iv.     Hemos recibido los dones del Espíritu para ayudarnos a lograr lo que Dios nos llama a hacer.

        v.      Podemos disfrutar de una relación con el Señor, la cual es más satisfactoria que cualquier vínculo humano.

       vi.     Tenemos la paz del Señor en nuestro corazón.

       vii.    Somos amados incondicionalmente por Dios, a pesar de nuestros errores.

      viii.   Disfrutamos de la presencia del Señor sin importar dónde estemos.

       ix.     Servimos al Dios que ha prometido suplir todas nuestras necesidades.

        x.      Disfrutamos de su protección.

       xi.     Podemos confiar en que seremos resucitados.

       xii.    Tenemos un hogar en el Cielo a donde iremos a morar un día.

      xiii.   Tenemos la Biblia para guiar nuestra vida en este mundo. (2 Timoteo 3:16,17)

 

Todo esto debe producir evidencias de un corazón agradecido, vemos pues…

 

3.    EVIDENCIAS DE UN CORAZÓN AGRADECIDO:

 

Podemos evaluar nuestra relación con el Señor al medir nuestra gratitud.

Es por eso por lo que Pablo usó la palabra "sobreabunda" para describir cuán grande debe ser nuestra gratitud.

 

La persona de corazón agradecido se caracteriza por:

 

         i.       Tener una actitud positiva.

El agradecimiento nos mantiene enfocados en lo que Dios hace en nuestras vidas.

        ii.      Estar consciente de la Presencia de Dios.

Cuando reconocemos que el Señor está dispuesto a ayudarnos en cada dificultad y problema que enfrentemos, podemos sentir su presencia.

        iii.     Tener un espíritu humilde.

Reconocemos al Señor como la fuente de todo lo bueno y admitimos que no merecemos lo que nos ha dado.

       iv.     Tener tranquilidad.

Cuando ponemos nuestra confianza en Cristo y observamos lo que ha hecho en nuestras vidas, tenemos su paz.

        v.      Ser amable.

La gratitud nos hace sensibles a las necesidades de los que nos rodean y aumenta nuestro deseo de ayudar.

       vi.     Ser generosa.

Cuando reconocemos todo lo que Dios ha hecho por nosotros, buscamos la manera de bendecir a los demás.

       vii.    Ser desprendida.

Si estamos agradecidos, estaremos dispuestos a compartir con alegría lo que tenemos.

      viii.   Ser expresiva.

Al ver lo que Dios hace en nuestras vidas nos sentimos motivados a evangelizar a otros y animarlos a confiar en Él.

       ix.     Ser cordial.

Las personas agradecidas son bondadosas y amables con los demás.

        x.      Tener un entusiasmo contagioso.

Una actitud agradecida muestra el carácter de Jesús en nuestras vidas, lo cual es un atractivo para los que nos rodean.

       xi.     Estar motivada.

El agradecimiento nos impulsa a dar, compartir y servir.

       xii.    Tener un espíritu de servicio.

Queremos servir a Cristo mediante nuestro servicio a otros.

      xiii.   Tener un nivel alto de fe.

Al ver a Dios trabajando en nuestras vidas, crece nuestra confianza en Él.

      xiv.   Ser fructífera.

En lugar de enfocarnos en nosotros mismos, desearemos ser usados por nuestro Padre Celestial, para lograr sus propósitos.

      xv.    Estar gozosa.

La gratitud produce gozo profundo y duradero, por lo que Dios hace por nosotros, incluso en medio de las dificultades.

 

CONCLUSIÓN:

La gratitud es una elección.

Si no es parte de nuestro diario vivir, debemos tomar la decisión de cambiar.

Mientras reconocemos y aceptamos las bendiciones que Dios nos ha dado y le pedimos que nos dé un corazón agradecido, Él comenzará a transformar nuestra vida.

Es al vivir en Cristo, que sus características de amor, bondad, y generosidad sobreabundarán en nuestra vida con gratitud.

 

1 CRÓNICAS 29:11-13

Tuyos son, Señor, la grandeza, el poder, la gloria, el honor y la majestad,

porque todo cuanto hay en cielo y tierra te pertenece, y ejerces el reinado y el dominio sobre todo. Tu Presencia irradia riqueza y gloria, Tú eres soberano de todo, en tu mano están la fuerza y la grandeza y con tu mano engrandeces y fortaleces a todos.

Por eso, Dios nuestro, nosotros te damos gracias y alabamos tu Nombre Glorioso. (BLPH)

 

Un Abrazo, Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; y permita que prosperes en todas las áreas de tu vida, y derrame sobre ti muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, Salud y mucha Prosperidad


Juan Manuel Lamus O.