miércoles, 29 de noviembre de 2017

CADENAS

 

LUCAS 4:14-19 Entonces Jesús regresó a Galilea lleno del poder del Espíritu Santo. Las noticias acerca de Él corrieron rápidamente por toda la región. Enseñaba con frecuencia en las sinagogas y todos lo elogiaban. Cuando llegó a Nazaret, la aldea donde creció, fue como de costumbre a la sinagoga el día de descanso y se puso de pie para leer las Escrituras. Le dieron el rollo del profeta Isaías. Jesús lo desenrolló y encontró el lugar donde está escrito lo siguiente: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Noticia a los pobres. Me ha enviado a proclamar que los cautivos serán liberados, que los ciegos verán, que los oprimidos serán puestos en libertad, y que ha llegado el tiempo del favor del Señor". (N.T.V.)

 

 Jesucristo vino a darnos libertad, a desatarnos de las cadenas.

Al volver a su ciudad, Jesús entró en la sinagoga y, para asombro de todos los que estaban allí, leyó su propia descripción de trabajo, del libro de Isaías. Tal vez algunas personas en la congregación estaban confundidas por su afirmación de que fue enviado para pregonar libertad a los cautivos y poner en libertad a los oprimidos (Vs.18). 

♥ ¿Quiénes eran esos cautivos? ¿Iba Él a tomar por asalto las prisiones?

 

Jesús estaba hablando de cadenas espirituales, no físicas. Todos nacemos con una naturaleza pecaminosa, y todos estamos esclavizados al pecado hasta que las cadenas son rotas por la fe en el Salvador. Pero incluso después de la salvación, Cristo está librándonos de cosas que nos atrapan y que obstaculizan nuestra relación con Él.

♥ El Señor nos hace libres:

1. Del error: La Palabra de Dios nos protege de los errores y las mentiras que satanás utiliza para bombardearnos.

2. De las malas acciones: El Espíritu Santo nos da poder para resistir la tentación y vivir correctamente.

3. De la esclavitud emocional. El Señor no quiere que nos controle el temor, la culpa, la envidia, los celos, la amargura, el resentimiento o la baja autoestima. Sí aprendemos a confiar en Él en cada situación, Él nos hará libres de estos sentimientos negativos.

 

Muchos cristianos viven en esclavitud sin darse cuenta. Saben que algo está mal, pero no pueden enderezar sus vidas. A pesar de todos sus esfuerzos por "mejorar", siguen fracasando. 

 

CONFESIÓN DE FE:

SE QUE NINGÚN PRISIONERO TIENE LA LLAVE PARA ABRIR LA PUERTA DE LA CELDA; SIN EMBARGO, JESUCRISTO ESTÁ PARADO FUERA, LLAMANDO: "¡CONFÍA EN MÍ, Y YO TE HARÉ LIBRE!"; YO LO HARÉ Y SERÉ LIBRE DE TODAS MIS CADENAS.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, El Góel, El Gran Libertador (Salmo 144:2). Mí amado Señor, Tú eres el verdadero libertador, redentor y protector de tu pueblo, de los que en ti confiamos y en ti esperamos, por eso hoy quiero darte gracias porque puedo decir como el salmista: Bendito sea el Señor, mi Roca; Él me adiestra para la batalla y me prepara para la guerra. Él es mi Dios fiel y amoroso; mi fortaleza y mi refugio; mi libertador y mi escudo, en quien busco protección. Gracias Padre Celestial por proveer un Gran Libertador para tus hijos en la vida de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo por ser mi fuente de vida en paz y libre de cadenas. Amén.


Juan Manuel Lamus O.