lunes, 9 de junio de 2014

ACOGERNOS

 

ACOGERNOS

 

ISAÍAS 41:10-13 No tengas miedo, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque Yo Soy tu Dios. Te daré fuerzas y te ayudaré; te sostendré con mi mano derecha victoriosa. ¿Ves? Todos tus furiosos enemigos están allí tendidos, confundidos y humillados. Todo el que se te oponga morirá y quedará en la nada. Buscarás en vano a los que trataron de conquistarte. Los que te ataquen quedarán en la nada. Pues Yo te sostengo de tu mano derecha; Yo, el Señor tu Dios. Y te digo: No tengas miedo, aquí estoy para ayudarte. (N.T.V.)

 

©      Los temores son como minas terrestres, que cercenan nuestra capacidad de ver y acogernos a las promesas de Dios.

Los seres humanos tenemos razones legítimas para tener miedos, pues nuestro mundo tiene muchos peligros. Pero, aunque nuestras circunstancias sean amedrentadoras, los cristianos no debemos vivir con temor. Pues las maravillosas promesas de Dios nos permiten vivir sosegadamente en medio de lo que nos rodea, por eso debemos acogernos a ellas.

 

Para nuestra protección, Dios ha infundido en nosotros algunos temores naturales, propios de nuestro instinto de preservación, como el miedo a las serpientes o las aguas profundas. Además, el Creador nos dio también un sistema de advertencia para que reaccionemos con rapidez ante el peligro. Por ejemplo, si un automóvil viene a alta velocidad hacia nosotros, una reacción instantánea de alarma puede salvarnos la vida. En otras palabras, algunos temores nos protegen. Pero el miedo constante y absorbente es dañino. Si bien, nos preocupamos por los riesgos que pudiéramos enfrentar o nuestros seres queridos, debemos confiar en Dios y acogernos a sus promesas, en lugar de sentir angustia por todo lo malo que podría ocurrir.

 

A medida que crece la ansiedad, aumenta también la incertidumbre, hasta que ésta obstaculiza nuestra relación con Dios. Los temores son resultados de nuestras dudas en cuanto al auxilio del Señor. Eso hace que centremos nuestra atención en nuestras preocupaciones, en vez de hacerlo en Aquel que ha prometido sostenernos en su mano. La Biblia nos recuerda:

Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús. (Filipenses 4:19 NVI).

 

CONFESIÓN DE FE:

EL SEÑOR ME BRINDA FORTALEZA PORQUE SABE CÓMO PUEDE ATORMENTARME EL TEMOR. NO PERMITIRÉ QUE LAS PREOCUPACIONES ME CIEGUEN A SUS PROMESAS Y ME PRIVEN DE ACOGERME A LA AYUDA QUE ÉL SIEMPRE PONE A MI DISPOSICIÓN.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Jehová El Shaddai, Dios Todopoderoso y Suficiente (Génesis 17:1). Mi amado Señor Jesús, Jehová Rohi, Después que el rey David reflexionó sobre su relación como pastor con sus ovejas, se dio cuenta de que era exactamente la relación que Tú tenías con él, y así declaró, "Yahweh-Rohi es mi Pastor; nada me faltará" (Salmo 23:1). Hoy sé que puedo establecer para mi vida lo mismo y declarar sin lugar a dudas que Tú eres mi "Buen Pastor" y nada me faltara, pues tus promesas, a las cuales yo tengo el derecho como hijo tuyo de acogerme, son en ti "Si" y en ti "Amén". Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo por llenar mi vida plenamente con toda tu presencia y tus maravillosas, grandes y preciosas promesas. Amén.


Juan Manuel Lamus O.