martes, 23 de junio de 2020

PERSEVERAR = FE

 

HEBREOS 12:2B-7…11 Debido al gozo que le esperaba, Jesús soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que esta representaba. Ahora está sentado en el lugar de honor, junto al Trono de Dios. Piensen en toda la hostilidad que soportó por parte de pecadores, así no se cansarán ni se darán por vencidos. Después de todo, ustedes aún no han dado su vida en la lucha contra el pecado. ¿Acaso olvidaron las palabras de aliento con que Dios les habló a ustedes como a hijos? Él dijo: "Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor y no te des por vencido cuando te corrige. Pues el Señor disciplina a los que ama y castiga a todo el que recibe como hijo". Al soportar esta disciplina Divina, recuerden que Dios los trata como a sus propios hijos. ¿Acaso alguien oyó hablar de un hijo que nunca fue disciplinado por su padre? Si Dios no los disciplina a ustedes como lo hace con todos sus hijos, quiere decir que ustedes no son verdaderamente sus hijos, sino ilegítimos… Ninguna disciplina resulta agradable a la hora de recibirla. Al contrario, ¡es dolorosa! Pero después, produce la apacible cosecha de una vida recta para los que han sido entrenados por ella. (NTV)

 

De la importancia de perseverar en la fe en Dios, para salir abantes en medio de cualquier tipo de circunstancia.

 

A veces la vida puede parecer un largo y oscuro túnel. Tal vez no podemos descubrir la solución para un problema, o no podemos encontrar alivio al dolor. Independientemente de la dirección que tomemos, no podemos encontrar esperanza para nada mejor que nuestras circunstancias actuales. Afortunadamente, servimos a un Dios que siente nuestro dolor y conoce nuestras limitaciones. Jesucristo caminó por el valle de sombra de muerte, y clamó:

"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" (Marcos 15:34).

Esto significa que cuando nuestra fe llega al límite, nuestras fuerzas se agotan y nuestros sueños se hacen añicos, Jesús lo entiende. Él nos pide que perseveremos, aun cuando queremos renunciar. Renunciar no es más que abandonar la ayuda de Dios para valernos de nuestras propias fuerzas, cuando tratamos de manipular una situación o simplemente evitar el dolor. En esencia, elegimos creer que satanás, con su poder terrenal, es más poderoso que Cristo dentro de nosotros (1 Juan 4:4). Por supuesto, el diablo no es más poderoso, pero nosotros dejaremos que gane una batalla si renunciamos a la seguridad de que Dios nos ayudará en la dificultad. Cuando tenemos esa actitud, perdemos la bendición del Padre y limitamos nuestra utilidad en Su Reino.

 

¡¡¡Aunque no podamos detectar Su presencia,

Dios está actuando en cada detalle de nuestro problema,

pero tenemos que perseverar, confiando en Su tiempo perfecto

para que nos muestre la respuesta!!!

 

El Padre Celestial conoce su dolor, y Él vendrá a su auxilio en ese oscuro túnel, no se rinda antes de recibir su bendición.

 

CONFESIÓN DE FE:

NO ME RENDIRÉ ANTE LAS CIRCUNSTANCIAS ADVERSAS DE LA VIDA, POR LO CONTRARIO, PONDRÉ MI CONFIANZA EN DIOS PARA PERSEVERAR EN ESPERA DE SU PODEROSA Y SEGURA AYUDA.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Shaddai, Dios Todopoderoso y Suficiente (Génesis 7:1): Mi amado Dios y Señor Jesucristo, yo sé que Tú estás atento a todas nuestras necesidades para suplirlas totalmente, pero también sé que nos es necesario colocar toda nuestra fe en Ti, y perseverar en tu búsqueda para hallar el oportuno socorro, perseverar en la fe de manera que no nos rindamos ante las adversidades de la vida, y así consigamos finalmente la bendición y el respaldo que tienes preparado para los que en Ti creemos y en Ti confiamos. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.