jueves, 14 de febrero de 2019

DILIGENTES

 

PROVERBIOS 12:24…27 Los perezosos ni siquiera cocinan la presa que han atrapado, pero los diligentes aprovechan todo lo que encuentran… La mano de los diligentes señoreará; mas la negligencia será tributaria. (NTV)

ROMANOS 12:11 Nunca dejen de ser diligentes; antes bien, sirvan al Señor con el fervor que da el Espíritu. (NVI)


©      Tres calves para ser productivos para Dios: Devoción, entrega y diligencia.

A través de la historia, Bach ha sido proclamado como el compositor cristiano entre los músicos de la Iglesia. Cuando Juan Sebastián Bach nació en Eisenach, Alemania, en 1685, el apellido Bach ya era sinónimo de comercio musical. Más de 50 músicos llevaban ese apellido. Juan Sebastián quedó huérfano a la edad de nueve años y por eso se crió con su hermano, comenzando allí su entrenamiento musical.

Bach un día dijo:

-       "El único propósito de la música debe ser para la Gloria de Dios y la recreación del espíritu humano".

 

Otro día Bach le dijo a un estudiante:

-       "Sólo practique diligentemente y todo irá bien. Usted tiene cinco dedos en su mano tan saludables como los míos".

 

Cuando se le preguntó ¿cuál fue el secreto de su éxito? él respondió:

-       "Yo fui hecho para trabajar, si tú eres igualmente industrioso, tú serás igualmente exitoso".

 

Juan Sebastián Bach fue devoto a Dios y otro día dijo:

-       "Donde hay música devocional, Dios está al alcance de la mano con Su graciosa Presencia".

 

Músicos no son producto de casualidades, sino de devoción, entrega y diligencia. No importa tu profesión u oficio, no es asunto de casualidades sino de devoción, entrega y diligencia.

©      Dale a Dios todo lo que te queda y Él te devolverá hasta que te sobre.

 

CONFESIÓN DE FE:

PROCURARÉ SIEMPRE TRABAJAR CON DILIGENCIA Y ENTREGÁNDOLE MI DEVOCIÓN A DIOS CON GOZO Y AMOR. BUSCARÉ PRESENTARME ANTE DIOS APROBADO, COMO UN OBRERO QUE NO TIENE DE QUE AVERGONZARSE Y UTILIZA BIEN LA PALABRA DE VERDAD.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Jehová Osaynu, El Señor nuestro Hacedor (salmo 95:6). Mi amado Rey y Señor Jesús, hoy puedo decir como el salmista: Vengan, adoremos e inclinémonos, arrodillémonos delante del Señor, nuestro Creador, porque Él es nuestro Dios. Gracias Dios mío, pues Tú me has dado la oportunidad de conocerte y servirte; tu aprobación es más importante para mí que la misma bendición, pues por medio de ella estoy seguro de tu rescate y bendición, el sacrificio de tu amado hijo Jesucristo me ha demostrado el gran amor que me tienes, y tu Palabra me asegura la recompensa sobreabundante cuando pongo mi confianza, mi fe y mis dones a tu servicio; mi alabanza y mi adoración serán siempre para glorificar tu santo y Poderoso nombre, en el cual oro hoy, mi Señor y Salvador Jesucristo ¡Amén!



Juan Manuel Lamus O.