martes, 17 de diciembre de 2019

DESDE ADENTRO

 

JEREMÍAS 31:31-33 "Se acerca el día", dice el Señor, "en que haré un nuevo pacto con el pueblo de Israel y de Judá. Este pacto no será como el que hice con sus antepasados cuando los tomé de la mano y los saqué de la tierra de Egipto. Ellos rompieron ese pacto, a pesar de que los amé como un hombre ama a su esposa", dice el Señor. "Pero este es el nuevo pacto que haré con el pueblo de Israel después de esos días", dice el Señor. "Pondré mis instrucciones en lo más profundo de ellos y las escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo". (NTV)

 

La mayor salvación imaginable.

Dios es justo, santo y separado de pecadores como nosotros. Éste es nuestro problema principal en la navidad y en cada temporada:

¿Cómo podemos ser reconciliados con el Dios justo y santo?

Sin embargo, Dios es misericordioso, y ha prometido en el pasaje que estudiamos hoy, 500 años antes de Cristo, que algún día Él haría algo nuevo. Reemplazaría las sombras con la Realidad del Mesías. Vendría poderosamente a nuestras vidas y escribiría su voluntad en nuestros corazones para que no estuviéramos obligados desde afuera sino dispuestos desde adentro para amarle, confiarle y seguirle. Ésa sería la mayor salvación imaginable, si Dios nos ofreciera la mayor Realidad en el universo para disfrutar, y si obrara en nuestras vidas para asegurar que la disfrutáramos con la mayor libertad y placer posibles. Éste sería un regalo de navidad por la cual vale la pena cantar.

 

Esto es, de hecho, lo que prometió, pero había un gran obstáculo: Nuestro pecado, nuestra separación de Dios debido a nuestra injusticia.

¿Cómo puede el Dios justo y santo tratar a pecadores como nosotros con tanto amor como para darnos la mayor Realidad en el universo, su Hijo Jesús, a fin de disfrutarle con el mayor gozo posible?

La respuesta es que Dios puso nuestros pecados sobre su Hijo, y los juzgó allí, para que Él pudiera olvidarse de ellos, y pudiera tratarnos con misericordia, sin dejar de ser santo y justo. Hebreos 9:28 dice:

 

Así también Cristo fue ofrecido una sola vez y para siempre, a fin de quitar los pecados de muchas personas. Cristo vendrá otra vez, no para ocuparse de nuestros pecados, sino para traer salvación a todos los que esperan con anhelo su venida. (NTV)

 

Cristo llevó nuestros pecados en su propio cuerpo cuando murió, recibió nuestro juicio, pagó nuestra culpa, y eso significa que los pecados fueron borrados, no permanecen en la mente de Dios como una base de condenación, en ese sentido, Él se olvida de ellos, fueron consumidos en la muerte de Jesucristo. Eso significa que ahora:

 

Dios es libre, en su justicia, para darnos el Nuevo Pacto, nos da a Cristo,

la mayor Realidad en el universo, para nuestro deleite

¡¡¡Eso es Navidad!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

SOY CONSCIENTE DE QUE DIOS ESCRIBE SU PROPIA VOLUNTAD, SU PROPIO CORAZÓN, EN MI CORAZÓN PARA QUE PUEDA AMAR A JESUCRISTO, CONFIAR EN ÉL, Y SEGUIRLO DESDE ADENTRO PARA AFUERA, CON LIBERTAD Y GOZO, ENTONCES ASÍ LO HARÉ.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Elohay, Dios de dioses (Deuteronomio 10:17). Señor Jesús, El Camino, La Verdad y La Vida (Juan 14:6), mí amado Señor y Salvador, estoy totalmente convencido, y por conocimiento de causa, que eres el único camino al cielo, la única fuente de verdad y el fundamento de toda la vida, y que esa realidad se hace viva en tu Navidad. Es por todo esto, y mucho mas, que yo quiero seguirte, caminar contigo, escuchar tu voz, esa que viene con el amor incondicional y la instrucción perfecta para que mi vida sea administrada correctamente, sea fructífera, cumpliendo así el propósito por el cual me creaste y por el cual debo seguirte y obedecerte sin condición. Gracias, mi Señor Jesucristo por ser el verdadero motivo de la Navidad para aquellos que en Ti creemos, en Ti confiamos y a Ti te seguimos; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.