REQUERIMIENTO
JUAN 14:15…21 Si me aman, obedezcan mis mandamientos… Los que aceptan mis mandamientos y los obedecen son los que me aman. Y, porque me aman a Mí, mi Padre los amará a ellos. Y Yo los amaré y me daré a conocer a cada uno de ellos.(N.T.V.)
© ¿Qué requiere obedecer a Dios?
Obedecer al Señor requiere adoptar su perspectiva de nuestra vida. Eso significa ser renovados en nuestro entendimiento (Romanos 12:2), para que nuestras actitudes y acciones le honren. Significa también recordar quiénes somos sin Él y quiénes somos con Él (Juan 15:5; Filipenses 4:13).
Una vez que adoptemos su perspectiva, lo cual puede exigir valentía para obedecer y renunciar a cosas que nos gustan, haremos lo que nos pida. Estaremos resueltos a obedecerle, aunque eso pueda acarrear resultados poco gratos. Todo ello, puede requerir que reajustemos nuestro estilo de vida, para que amemos a quienes no nos resultan agradables y para que perdonemos a quienes nos parecen imperdonables. Pero la valentía no es algo que tenemos que desarrollar por nosotros mismos; nace de una fe cada vez más profunda en el Señor. A medida que llegamos a conocer mejor al Padre Celestial, nuestra confianza en Él crece y la obediencia se vuelve más fácil. Al conocer al Dios que estableció los mandamientos podremos confiar en que sus planes son para nuestro bien y para su gloria (Jeremías 29:11). Nos fiaremos del Espíritu Santo, quien nos ayuda a entender y a obedecer los mandamientos Divinos. Con los ojos puestos en Jesús en vez de nuestras circunstancias, seguiremos adelante con osadía. No temeremos las consecuencias, sino que aguardaremos las bendiciones que Dios desea concedernos.
La obediencia requiere conocer los mandamientos de Dios, tomar la decisión de obedecerlos, tener confianza en el Señor y aceptar las consecuencias como enviadas por Dios.
© Pídale al Señor que la obediencia a Él caracterice su vida.
CONFESIÓN DE FE:
MANTENDRÉ MIS OJOS PUESTOS EN JESÚS EN VEZ DE LAS CIRCUNSTANCIAS, Y SEGUIRÉ ADELANTE CON OSADÍA Y SIN TEMOR A LAS CONSECUENCIAS, ESTOY SEGURO, SIN DUDA, QUE ENTONCES RECIBIRÉ LAS BENDICIONES QUE DIOS DESEA CONCEDERME.
ORACIÓN:
Dios y Señor mío, El Echad, Dios Único (Malaquías 2:10). Señor Jesús, mi Rey y mi Salvador, Tú eres el Dios Único y Verdadero, es por eso por lo que debes ser nuestra prioridad en relación y en afecto. Quiero darte gracias por tu Palabra, gracias por tu dirección y gracias por tu Espíritu. Gracias por hoy darme la oportunidad de obedecerte. No quiero obedecer para hallar un final feliz, quiero obedecerte porque el hacer tu voluntad produce un deleite exquisito dentro de mi corazón. El final de todo estará en tus manos, tu voluntad lo determinará todo. Quiero ser obediente hasta la muerte y hasta la muerte, aun cuando fuere en una cruz. Buscar tu voluntad es el mejor alimento que puedo dar a mi alma y así sentirme plenamente fortalecido. Gracias mi Señor Jesucristo porque la fuerza que necesito hoy para vivir viene de Ti, más yo me deleitare en obedecer hoy tu Palabra y en sentir que me guías y me sustentas. Amén.