martes, 18 de agosto de 2015

OREMOS

 

JOB 22: 25-29 El Todopoderoso será tu tesoro. ¡Él será tu plata preciosa! Entonces te deleitarás en el Todopoderoso y levantarás tu mirada a Dios. Orarás a Él, y te escuchará, y cumplirás los votos que le hiciste. Prosperarás en todo lo que decidas hacer y la luz brillará delante de ti en el camino. Si la gente tiene problemas y tú dices: "Ayúdalos", Dios los salvará. (N.T.V.)

 

© La oración como arma espiritual para la batalla de rodillas.

Cuando el dolor, la desesperación, la enfermedad o la muerte, van invadiendo los rincones más vulnerables de nuestra alma, buscamos como niños huérfanos, abrazarnos al ser que nos sane las heridas más profundas, más dolorosas e inexplicablesEntonces buscamos a Dios de rodillas.

 

Nos aferramos a la fe, que a veces, se despierta dentro nuestro tan débil y tan frágil que pareciera que no nos puede llevar hasta Dios, y confundidos preguntamos el por qué de tanto dolor y tanto desamparo, sin encontrar la respuesta ni el consuelo. Pero de pronto, en el medio de la desesperación y de la pena, Jesús toca nuestros corazones, y la fe se vuelve ciega e infinita, y nos hace conocer el éxtasis del amor, de la entrega y de la humildad.  Nos hace valorar y amar tanto a Dios, que aceptamos sus designios, sus caminos a veces demasiado tristes pero siempre buenos, perfectos y agradables, como su voluntad para nosotros; y entonces su mano sana nuestros corazones heridos, calma nuestros llantos desesperados y alivia nuestros dolores.  

 

Es verdad que los milagros aumentan nuestra fe.  Pero cuando oramos con fe, batallando de rodillas y los milagros no se producen, no quiere decir que Dios no nos ama, sino sea tal vez, que no es el tiempo, que no es para nosotros o que tiene algo mejor, que su plan es más grande. Y es más grande aún todavía su abrazo tierno y glorioso hacia ese hijo amado que está sufriendo. 

 

© Orar, a veces, no cambia las cosas que ocurren, pero cambia para bien nuestros corazones. Libremos nuestras batallas de rodillas.

 

CONFESIÓN DE FE:

ORARE CON FE, LIBRARE ESTA BATALLA DE RODILLAS, SEGURO DE UN DIOS VIVO QUE TIENE INCLINADO SU OÍDO HACIA MI ORACIÓN, Y ASÍ MI CORAZÓN SE VERÁ FORTALECIDO POR MI CONFIANZA PUESTA EN ÉL.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Jehová El Shaddai, Dios Todopoderoso y Suficiente (Génesis 17:1). Tú eres Dios que suple todas las necesidades de tu pueblo, y más cuando libramos nuestras batallas de rodillas en oración llena de fe. Gracias Señor Jesús, pues mi fe puesta en Ti, además de cambiar las cosas para mi vida, fortalece mi corazón y mi espíritu en las dificultades. Yo se que la fe es el mayor recurso que tengo para producir todo lo que necesito, y por eso te doy gracias, porque Tú me enseñaste a ponerla en acción con tu sacrificio en la cruz, donde me diste toda la victoria. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo por la herramienta de la oración para librar con efectividad la batalla de la fe. Amén.


Juan Manuel Lamus O.