jueves, 12 de enero de 2023

PROCRASTINACIÓN Vs. EJECUCIÓN

 

HECHOS 24:24-27 Unos días después, Félix regresó con su esposa, Drusila, quien era judía. Mandó llamar a Pablo, y lo escucharon mientras les habló acerca de la fe en Cristo Jesús. Al razonar Pablo con ellos acerca de la justicia, el control propio y el día de juicio que vendrá, Félix se llenó de miedo.

-      "Vete por ahora—le dijo—. Cuando sea más conveniente, volveré a llamarte".

También esperaba que Pablo lo sobornara, de modo que lo mandaba a llamar muy a menudo y hablaba con él. Pasaron dos años así, y Félix fue sucedido por Porcio Festo. Y, como Félix quería ganarse la aceptación del pueblo judío, dejó a Pablo en prisión. (NTV)

 

De cómo dejar a un lado la procrastinación y pasar a la ejecución diligente, de manera que se puedan desarrollar los planes y resoluciones que nos proponemos.

 

A algunas personas les gusta decir que son "procrastinadores de nacimiento". Pero, según la Palabra de Dios, eso es inaceptable.

 

El postergar la ejecución de los planes y los propósitos de vida,

o las responsabilidades, es una forma de temor, cobardía y esclavitud,

y Dios no nos creó para estar esclavizados ni ser cobardes y temerosos

¡¡¡Él nos dio un espíritu de poder, amor y dominio propio!!!

(2 Timoteo 1:7)

 

La procrastinación tiene dos causas reales:

1.     La "evasión de la incomodidad". Muchas personas posponen la ejecución por angustia o incomodidad, como estudiamos en el pasaje de hoy; por el temor que le produjo la disertación de Pablo acerca de la justicia, el dominio propio y el juicio venidero, Félix despidió al apóstol.

2.    La inseguridad. Si nos consideramos incompetentes para realizar una tarea, lograr un propósito, o llevar a cabo un plan, podemos decidir no comenzar.

 

En nuestra vida espiritual por ejemplo, a veces posponemos la lectura de la Biblia porque Dios saca a la luz asuntos que necesitamos encarar. Problemas como el orgullo o la culpa pueden ser incómodos de enfrentar, pero esquivarlos bloquea los planes de Dios para nuestra vida. Si postergamos la ejecución, podemos preocuparnos por la posibilidad de fracasar o por el temor de cometer un error, entonces tendemos a sentirnos sin creatividad y energía para emprender lo que nos proponemos o los mismos planes de Dios. Pero posponer lo que Dios nos manda a hacer es lo mismo que desobedecerlo.

 

La procrastinación no es un asunto de chiste.

¿Tiene usted la tendencia a posponer la realización de las cosas?

Identifique los aspectos de su vida donde tenga problemas en cuanto a esto, como también los sentimientos que los acompañan. Luego, confiese su negligencia al Padre Celestial, y confíe en el poder de Él para enfrentar lo que tenga que hacer.

 

CONFESIÓN DE FE:

NO ESPERARÉ A QUE LLEGUE LA INSPIRACIÓN. ESTABLECERÉ HOY MI PROPIO INCENTIVO PARA EJECUTAR MIS PLANES Y PROPÓSITOS, TOMARÉ LA INICIATIVA QUE NECESITO PARA TRIUNFAR, ME LEVANTARÉ A HACER LO QUE TENGO QUE HACER Y ASÍ, CONFIADO EN DIOS, OBTENDRÉ EXCELENTES RESULTADOS.

 

ORACIÓN:

Padre Santo, El Gibor, Dios Todopoderoso (Isaías 9:6). Mi amado Dios y Señor Jesucristo, Tú eres grande y poderoso, y Tú mismo has puesto ese poder tuyo en mis manos, a mi alcance y a mi servicio, pues la unción de tu Santo Espíritu y el conocimiento tuyo son poder para mí, por eso hoy quiero darte gracias, pues en Ti tengo la convicción y la certeza de que puedo actuar y tomar decisiones basado en tu sabiduría sin temor a equivocarme, sino todo por el contrario, con la seguridad de que Tú estás de mi lado, y si la equivocación durante la ejecución viene, será una experiencia de la cual puedo aprender y cosechar. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesús; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amen!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri