sábado, 7 de enero de 2017

LOS REYES Y LA ESTRELLA

 

MATEO 2:1,2…7…10

Jesús nació en Belén de Judea durante el reinado de Herodes.

Por ese tiempo, algunos sabios de países del oriente llegaron a Jerusalén y preguntaron:

"¿Dónde está el Rey de los judíos que acaba de nacer?

Vimos su estrella mientras salía y hemos venido a adorarlo"

...Luego Herodes convocó a los sabios a una reunión privada y,

por medio de ellos, se enteró del momento en el que había aparecido la estrella por primera vez

…Cuando vieron la estrella, ¡se llenaron de alegría! (N.T.V.)


  El único, que menciona la estrella de Navidad o de Belén, es Mateo en su evangelio.

Dice que la estrella precedía a los "reyes magos" (Reyes Sabios de Oriente), hasta que se paro encima del lugar donde estaba el niño Jesús. Ya en la antigüedad se defendía a la estrella como verdadera.

 

El teólogo Orígenes (185-253 d.C.) decía que estaba próxima a la naturaleza de los cometas. Muchas hipótesis aparecieron para explicar el "milagro de la estrella de Belén", tratándolo como un fenómeno astronómico real:

  Unas hipótesis apuntan al brillante planeta Venus, pero este planeta ya era conocido en aquellos tiempos, así que difícilmente pudo ser tomado como algo extraordinario.

  Otros señalan el paso de un cometa, concretamente del Halley, pero éste ya había transitado por nuestro sistema solar en el año 11 a.C., bastante antes del nacimiento de Cristo.  

  Los hay también que atribuyen la "estrella" a una supernova (explosión de un sol cuya brillante luz puede verse durante meses, incluso de día), pero no hay registros históricos de esa época al respecto, pese a que si lo hay de novas observadas en el 135 a.C. y el 173 d.C.

  La opinión más razonable y aceptada por muchos la propuso el astrónomo Johannes Kepler en 1606. Para él, la estrella de los magos no fue otra cosa que la rara triple conjunción de la Tierra con los planetas Júpiter y Saturno. En esta conjunción los planetas se ven como uno solo, lo que los hace una luz muy brillante. Los cálculos de Kepler determinaron que la conjunción se dio en el año 7 a.C., lo que resulta compatible con las verdaderas fechas asignadas al nacimiento de Jesús, según el pasaje que estudiamos hoy.


  Un evento como este se dio en 1940-41 y no se volverá a dar hasta el 2198. Kepler conocía los comentarios que sobre el profeta Daniel había escrito en 1497 Arbabanel, un sabio judío. Según Arbabanel la conjunción de Saturno y Júpiter había tenido lugar cuando el nacimiento de Moisés y tendría lugar otra vez cuando naciera el Mesías. Arbabanel creía que la liberación traída por el Mesías se efectuaría de acuerdo con el versículo de la Biblia que dice:

 

NÚMEROS 24:17 Una estrella se levantará de Jacob; un cetro surgirá de Israel. (N.T.V.)


  La explicación más común consiste naturalmente en creer que Dios creó una estrella que guiase a los "Reyes Sabios de Oriente" y una vez cumplida su misión desapareciera tan rápida y misteriosamente como había sido creada.

  ¿Fue un milagro? Por qué no, pues también Dios usa muchas veces para sus milagros las causas naturales, y el milagro consiste en que estas se realicen en el momento y lugar justos.


  Lo más importante en ese tiempo no fue la estrella en el firmamento, sino la "Estrella de la Mañana", Jesús viniendo a la tierra para dar su vida por nosotros.

 

ORACIÓN:

Señor y Salvador Jesús, Estrella resplandeciente de la mañana (Apocalipsis 22:16), Luz admirable, principio y fin. Gracias por haber nacido en nuestros corazones y de esta forma iluminar toda nuestra vida. Aclara y expande mi mente y mi sabiduría acerca de Ti y del misterio de tu existencia, para que pueda aceptar incondicionalmente todos tus designios, tu mansedumbre, tu comprensión, tu misericordia, tus mandamientos, tus estatutos, tu infinito amor, tu sacrificio por mi y por toda la humanidad. Gracias Padre Celestial por esa estrella en el firmamento, ese Rey de reyes, nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Amén.

 

Un Abrazo, Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; y permita que prosperes en todas las áreas de tu vida, y derrame sobre ti muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, Salud y mucha Prosperidad


Juan Manuel Lamus O.