domingo, 11 de diciembre de 2016

***EL VERDADERO VALOR DE LAS COSAS***

 

JOB 28:13

Pero, ¿dónde se hallará la sabiduría? ¿Dónde está el lugar del entendimiento?

El hombre no conoce el valor de ella; no se halla en la tierra de los vivientes. (R.V.A.'15)

 

Sólo faltaban cinco días para la Navidad. Aún no me había atrapado el espíritu de estas fiestas. Los estacionamientos llenos, y dentro de las tiendas el caos era mayor. No se podía ni caminar por los pasillos.

-  ¿Por qué vine hoy? Me pregunté. Me dolían los pies lo mismo que mi cabeza.

En mi lista estaban los nombres de personas que decían no querer nada, pero yo sabía que si no les compraba algo se resentirían. Llené rápidamente mi carrito con compras de último minuto y me dirigí a las colas de las cajas registradoras. Escogí la más corta, calculé que serían por lo menos 20 minutos de espera.

 

Frente a mí había dos niños, un niño de 10 años y su hermana de 5 años. Él estaba mal vestido con un abrigo raído, zapatos deportivos muy grandes, a lo mejor 3 tallas más grandes. Los jeans le quedaban cortos. Llevaba en sus sucias manos unos cuantos billetes arrugados. Su hermana lucía como él, sólo que su pelo estaba enredado. Ella llevaba un par de zapatos de mujer dorados y resplandecientes. Los villancicos navideños resonaban por toda la tienda y yo podía escuchar a la niñita tararearlos. Al llegar a la caja registradora, la niña le dio los zapatos cuidadosamente a la cajera, como si se tratara de un tesoro. La cajera les entregó el recibo y dijo:

-  Son 18 mil pesos.

El niño le entregó sus billetes arrugados y empezó a rebuscarse los bolsillos, finalmente contó 12 mil pesos y dijo:

-  Bueno, pienso que tendremos que devolverlos, volveremos otro día y los compraremos.

Ante esto la niña hizo un puchero en su rostro y dijo:

-  Pero a Jesús le hubieran encantado estos zapatos.

-  Volveremos a casa, trabajaremos un poco más y regresaremos por ellos. No llores, vamos a volver, le dijo el niño.

 

Sin tardar, yo le completé los 6 mil pesos que faltaban a la cajera. Ellos habían estado esperando en la cola por largo tiempo y después de todo era Navidad. En eso un par de bracitos me rodearon con un tierno abrazo y una voz me dijo:

-  Muchas gracias señora.

 

Aproveche la oportunidad para preguntarle qué había querido decir cuando dijo que a Jesús le encantarían esos zapatos. Y la niña con sus grandes ojos redondos me respondió:

-  Mi mamá está enferma y yéndose al cielo. Mi papá nos dijo que se iría antes de Navidad para estar con Jesús. Mi maestra dice que las calles del cielo son de oro reluciente, tal como estos zapatos. ¡Creo que mi mamá se verá hermosa caminando por esas calles con estos zapatos! ¿No lo cree usted?

 

Mis ojos se inundaron al ver una lágrima bajar por su rostro radiante:

-  Por supuesto que sí, le respondí.

Y en silencio le di gracias a Dios por usar a estos niños para hacerme recordar el verdadero valor de las cosas.

(Anónimo)

 

*SI BUSCAS A DIOS, HOY LO ENCONTRARÁS:

©  Si tienes tinieblas, encuentra tu lámpara… La Navidad es luz.

©  Si tienes errores, reflexiona… La Navidad es Verdad.

©  Si tienes enemigos, reconcíliate… La Navidad es paz.

©  Si tienes tristeza, alégrate… La Navidad es goce.

©  Si tienes pecados, conviértete… La Navidad es gracia.

©  Si tienes odio, olvídalo... La Navidad es amar.

©  Si tienes amigos, búscalos... La Navidad es encuentro.

©  Si tienes felicidad, compártela… La Navidad es darse.

©  Si tienes deudas, págalas... La Navidad es justicia.

©  Si tienes soberbia, sepúltala… La Navidad es humildad.

©  Si tienes pobres a tu lado, ayúdalos… La Navidad es compartir.

©  Si no tienes a Dios, hoy lo encontrarás en cada persona, pues Jesús quiere nacer hoy en ti.

 

¡¡¡EN ESTA NAVIDAD HE DECIDIDO!!!

En esta navidad he decidido creerle a Dios. He decidido ser feliz, dejar las cargas que he llevado por tanto tiempo y que me han robado la paz interior. En esta navidad voy a entregárselas a Dios. Dejaré de ser esclavo de mis pensamientos negativos y reposaré en su sabiduría y soberanía, porque todo lo que Él elija para mi vida, es de bendición. En esta navidad renuncio a mi yo encadenado, porque es camino equivocado.  Disfrutaré de lo que tengo y no añoraré con envidia lo que no tengo. Me gozaré en las pequeñas cosas que no he disfrutado por seguir al mundo que me obliga a correr sin descanso. Sé que no hay nada imposible para Dios. Por eso, en esta navidad, he decidido abandonarme en su presencia. Para mi ayer, reposaré en el perdón. Para mi mañana, en la confianza. Y en este día sólo diré:

 

¡¡¡En esta navidad he decidido creerle a Dios,

Y entregarle las cargas que me han robado la paz interior!!!

 

***Comienza desde ya a tener y dar una Feliz Navidad***

Un Abrazo, Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; y permita que prosperes en todas las áreas de tu vida, y derrame sobre ti muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, Salud y mucha Prosperidad


Juan Manuel Lamus O.