lunes, 16 de febrero de 2015

 

PRIVILEGIOS

 

SALMO 9:1,2 Te alabaré, Señor, con todo mi corazón; contaré de las cosas maravillosas que has hecho. Gracias a Ti, estaré lleno de alegría; cantaré alabanzas a Tu Nombre, oh Altísimo. (N.T.V.)

 

©      Recordemos los privilegios de las bendiciones de Dios.

Cuando pusimos nuestra fe en Jesús, recibimos ciertos privilegios. Recordar estas promesas es una buena manera de mantener un corazón agradecido, incluso cuando enfrentemos problemas en otros aspectos.

 

©      Examinemos solo cuatro bendiciones:

1.   El regalo de la salvación en Cristo.

No importa qué prueba estemos enfrentando, ella es microscópica al lado del sacrificio de Jesús a nuestro favor. La cruz fue un precio muy alto a pagar, pero el Salvador tomó voluntariamente nuestro lugar para ofrecernos perdón y vida eterna. (Juan 3:16)

2.   La seguridad del amor de Dios. 

El Señor nos ama incondicionalmente (1 Juan 4:16). Lamentablemente, las tormentas de la vida pueden llevarnos a dudar de esto, pero Romanos 8:31-39 nos dice que nada puede separarnos del amor de Dios.

3.   La respuesta a las oraciones. 

Tenemos el maravilloso privilegio de hablar con el Padre sobre cualquier cosa que nos agobie y Él jamás se cansa de escuchar a sus hijos. Nuestro Dios Omnipotente y Omnisciente no solo es capaz de ayudarnos en cualquier situación, sino que también sabe la mejor manera de hacerlo. (1 Pedro 3:12)

4.   Un plan personalizado. 

El Señor tiene una determinación, un plan y un propósito para nuestras vidas que Él llevará a cabo si le obedecemos. Nadie está exento de la adversidad, pero podemos confiar en que Dios usará todo para nuestro bien. (Jeremías 29:11-13)

 

Las adversidades, las tentaciones y las pruebas nos tocarán a todos, pero el Señor permite las dificultades por una razón, incluso cuando no entendamos por qué (Romanos 8:28). Por tanto, sométase al Padre, dele gracias por Su sabiduría, y tenga la confianza de que Él cumplirá sus propósitos para usted.

 

CONFESIÓN DE FE:

ME SOMETERÉ VOLUNTARIAMENTE AL SEÑOR, AMPARADO EN LOS PRIVILEGIOS DE SU BENDICIÓN, EN SU SOBERANÍA Y SABIDURÍA, CONFIADO EN SUS PLANES PARA MI VIDA, QUE CUMPLIRÁN CON EL PROPÓSITO PARA EL CUAL ME CREO.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, Elohim Tehilati, Dios de mi Alabanza (Salmo 109:1). Mí amado Rey y Dios, eres supremamente merecedor y el principal objeto de nuestra alabanza y adoración, así como de lo que hablamos y pensamos. Es por esto, y por todos los privilegios que Tus bendiciones han traído, traen y traerán a mi vida, que vengo a Tu presencia hoy, con un corazón infinitamente agradecido e hinchado de gozo, a alabarte y adorarte, a Ti mi amado Señor, el Único digno, vengo a perfumar Tu trono y enjuagar Tus pies con mis lagrimas de dicha y felicidad, pues solo Tú has podido dármelas. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por Tus incontables e incomparables bendiciones para mi vida. Amén.


Juan Manuel Lamus O.