lunes, 5 de septiembre de 2022

IGLESIA, FAMILIA Y CRECIMIENTO

 

JUAN 13:33-35 Mis amados amigos, dentro de poco ya no estaré más con ustedes. Me buscarán, pero no me encontrarán. Les digo a ustedes lo mismo que les dije a los jefes judíos: No pueden ir a donde Yo voy. Les doy un mandamiento nuevo: Ámense unos a otros. Ustedes deben amarse de la misma manera que Yo los amo. Si se aman de verdad, entonces todos sabrán que ustedes son mis seguidores. (TLA)

 

De lo importante que es para un verdadero seguidor de Jesucristo, tener una familia de la Iglesia, dónde crecer en la vida cristiana y en todas las áreas de su vida.

 

Dios en su Palabra dice que un cristiano sin un hogar de iglesia es como un órgano sin cuerpo, una oveja sin rebaño o un niño sin familia. Es un estado antinatural:

 

"Ante Dios ustedes ya no son extranjeros. Al contrario, ahora forman parte de su pueblo y tienen todos los derechos; ahora son de la familia de Dios". (Efesios 2:19 TLA).

 

La cultura actual de individualismo independiente ha creado muchos huérfanos espirituales, "creyentes conejitos" que saltan de una iglesia a otra sin ninguna identidad, responsabilidad o compromiso. Muchos creen que es posible ser un "buen cristiano" sin unirse, o incluso asistir, a una iglesia local. Pero Dios está totalmente en desacuerdo. La iglesia es tan significativa que Jesús murió en la Cruz por ella (Efesios 5:25). Excepto por algunas excepciones importantes que se refieren a todos los creyentes a lo largo de la historia, casi cada vez que la Palabra "iglesia" se usa en la Biblia, se refiere a una congregación local y visible. El Nuevo Testamento asume que cada cristiano será miembro de una iglesia local; entonces si eres un verdadero seguidor de Jesucristo, es importante estar comprometido con un grupo específico de discípulos, una familia de la iglesia que te identifica como un creyente genuino. Y por eso Jesús dijo que "nuestro amor los unos por los otros, demostraría al mundo que somos verdaderos discípulos de Él" (Juan 13:35 Par). Tu compromiso con una iglesia te identifica como creyente, pero también te fortalece como creyente. Cuando te reúnes con tu iglesia, obtienes motivación y aliento de otros creyentes, y les proporcionas motivación y aliento a ellos. Tal vez has tenido una gran semana y sientes que no necesitas ir a la iglesia, pero si no estás en la iglesia, ¿quién se perderá el aliento que podrías proporcionar? Para alguien al borde de la desesperanza, tu cálida sonrisa o palabra de aliento podrían marcar la diferencia o viceversa, tal vez seas tú quien la necesita. Eso es lo que significa ser la iglesia. Aquí está la verdad:

 

¡¡¡Los verdaderos cristianos se necesitan unos a otros para crecer!!!

Muchas personas piensan que el crecimiento espiritual es un asunto privado,

pero Dios llama a los creyentes a vivir su fe en comunidad, porque

no se pueden desarrollar convicciones profundas en aislamiento

 

Reflexiona acerca de esto: ¿Por qué es importante pertenecer a una iglesia local?, y ¿Cómo puedes preparar tu corazón para ir a la iglesia esta semana?

 

CONFESIÓN DE FE:

YO SÉ QUE CUANDO NOS REUNIMOS EN AMOR COMO UNA FAMILIA DE LA IGLESIA CRECEMOS, Y SIN IMPORTAR SI SOMOS DE DIFERENTES ORÍGENES, RAZAS O ESTADOS SOCIALES, NOS CONVERTIMOS EN UN TESTIMONIO PARA EL MUNDO, PORQUE COMO DICE GÁLATAS 3:28, "TODOS NOSOTROS SOMOS IGUALES EN CRISTO JESÚS".

 

ORACIÓN:

Dios Padre y Señor Nuestro, Abba, Papito mío (Gálatas 4:6). Mi amado Dios y Señor, Padre Celestial, hoy quiero darte gracias por hacerme parte de tu familia, yo te he reconocido como mi Padre y Tú, por medio del Espíritu Santo, has confirmado y reafirmado mi adopción como hijo, y por eso puedo decir ¡Abba Padre! Pero también sé que eso sugiere una responsabilidad, pues al pertenecer a ella me determino a someterme a tu Espíritu para que no solo me cuide y me dirija, sino también permitirle controlar mi voluntad para de su mano crecer y ser parte activa, fiel y leal de la Iglesia Local en la que me has sembrado, manifestando en todo momento el amor tuyo a mis hermanos y semejantes, viviendo en humildad y armonía con ellos en una familia espiritual firme, afirmados en la Palabra y con tu guía permanente. Gracias, mi amado Padre Celestial por permitirme ser parte de tu familia. He orado en el poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri