lunes, 25 de septiembre de 2017

NUESTRO PADRE

 

EFESIOS 2:4-10 Pero Dios es tan rico en misericordia y nos amó tanto que, a pesar de que estábamos muertos por causa de nuestros pecados, nos dio vida cuando levantó a Cristo de los muertos. (¡Es solo por la gracia de Dios que ustedes han sido salvados!) Pues nos levantó de los muertos junto con Cristo y nos sentó con Él en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo Jesús. De modo que, en los tiempos futuros, Dios puede ponernos como ejemplos de la increíble riqueza de la gracia y la bondad que nos tuvo, como se ve en todo lo que ha hecho por nosotros, que estamos unidos a Cristo Jesús. Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo. Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás. (N.T.V.)


©  Dios es nuestro Padre Celestial.

De los muchos nombres de Dios en la Biblia, uno es especialmente consolador para mí en los momentos difíciles.

¡¡¡Qué maravilloso privilegio tenemos de poder llamarlo nuestro Padre Celestial!!!

 

Ahora bien, sé que, en la cultura de hoy, las relaciones familiares muchas veces no reflejan el corazón de Dios. Muchos padres son distantes, desatentos o crueles con sus hijos. Si esta fue su experiencia, puede resultarle difícil comprender el amor incondicional del Padre Celestial.

Pero veamos lo que significa ser adoptados por Él y el privilegio de llamarle "Padre":

1. Somos de Él. Encontramos mucha confianza y sentido de valía en esta verdad, pues la conciencia de que le pertenecemos llena una necesidad muy profunda que tenemos.

2. Nuestro Dios quiere relacionarse estrechamente con nosotros. Debemos ser sinceros al orar, porque el Señor nos acepta tal como somos. Por su amor, el Señor responde revelándose a sí mismo a nosotros de muchas maneras y da palabras de vida, de paz y de gozo a nuestros corazones.

3. Cristo nos ha prometido su eterna Presencia. Después que fuimos salvos, nada puede separarnos de Él; ningún pecado es tan grande y ninguna maldad tan poderosa.

 

Por causa del pecado, merecíamos la separación de nuestro Creador, pero, por su gran amor, Dios nos redimió y adoptó en su familia. Ahora somos sus hijos y podemos gozarnos en su aceptación incondicional y en su presencia eterna.

 

CONFESIÓN DE FE:

NO IMPORTA LA CLASE DE PADRE TERRENAL QUE HAYAMOS TENIDO, PODEMOS CONTAR CON EL CUIDADO DE NUESTRO PADRE CELESTIAL. AHORA SOY DE LA FAMILIA DE DIOS Y ÉL ES MI PADRE.

 

ORACIÓN:

Padre Nuestro que estás en los cielos, Elohim, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo (Génesis 1:1). Dios Todopoderoso, sé que te puedo llamar "Abba Padre" lo que es Papito lindo, amoroso, cuidadoso y misericordioso, pues Tú me has adoptado, por medio de Jesucristo, como uno de tus preciados hijos. Hoy quiero darte gracias por esa gran oportunidad de ser parte de tu privilegiada y maravillosa familia. Sin embargo, clamo a Ti para que la revelación de hijo tuyo venga a mí permanentemente, que se arraigue en mi corazón la verdad de que Tú me amas, me escuchas, me provees, me guías, me proteges, me disciplinas y especialmente permaneces y estás conmigo a donde quiera que yo vaya. Gracias Abba Padre. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.


 Juan Manuel Lamus O.