LA CULPA
ROMANOS 8:1 (NTV) Por lo tanto, ya no hay condenación para los que pertenecen a Cristo Jesús.
♥ El sentimiento de culpa naturalmente es una respuesta emocional a nuestras faltas, pero espiritualmente debe ser entregado al Señor.
Piense en cómo se siente usted cuando hace algo incorrecto; lo más probable es que el aguijón de su conciencia le haga sentirse culpable; pero recuerde que:
¡¡¡En vez de esperar que alcancemos estándares imposibles, Dios, por su bondad,
nos envuelve con su infinito amor, nos provee de su justicia por medio de Cristo
y nos llama a confiar plenamente en su perdón absoluto!!!
☝🏼 Pero… ¿Qué es el sentimiento de culpa?
Quizás piense que es una molesta sensación de que el Señor le va a castigar, o un sentimiento de aislamiento por una oscura nube de remordimiento. Obviamente, hay diferentes maneras de enfrentar la culpa; pero determinar exactamente lo que es, nos permitirá avanzar en el camino hacia la madurez espiritual y la paz del alma. Cuando nuestra conducta contradice la guía del Espíritu de Dios que habita en nosotros, sentimos culpa. Dicho de otra manera, esta respuesta emocional revela que nos hacemos responsables por haber hecho algo malo, ya sea con un pensamiento, una acción, una palabra imprudente, o algo más. Aunque es bueno tener esta alarma interior, tenemos que evitar la tendencia a sumergirnos en la vergüenza y el remordimiento. Tal vez algunas veces nos portamos tan mal que somos vencidos del todo por ese sentimiento de culpabilidad y nos negamos a dejar que las olas del pesar pasen de largo. Podemos autocastigarnos caminando en esas agitadas aguas de la culpabilidad y el remordimiento durante un tiempo.
Cuando lleguen esos momentos, debemos recordar que Jesucristo pagó la deuda por todos nuestros pecados. Esto significa que Él ya pagó el precio de nuestras faltas y que hemos sido declarados "inocentes", por lo que nuestro pecado yace muerto en la Cruz, lo mismo que nuestra culpa.
♥ Aunque debemos siempre asumir la responsabilidad de nuestras acciones, pensemos en el arrepentimiento más bien que en el remordimiento, pues tenemos la libertad de hacerlo sin la carga de sentimientos de culpa, gracias al Señor Jesús.
CONFESIÓN DE FE:
HOY ESTOY PLENAMENTE CONVENCIDO DE QUE DIOS NO ES UNA CARGA, SINO QUE ÉL ES QUIEN LAS LLEVA (SALMO 68:19), QUE ÉL PUSO MIS PECADOS SOBRE EL SEÑOR JESUCRISTO, ALIVIÁNDOME DE ESE PESO, LIBERÁNDOME DE LA CULPA Y DÁNDOME LA VICTORIA SOBRE ELLA.
ORACIÓN:
Padre Celestial, Elohim Selichot, Dios del perdón (Nehemías 9:17). Mi amado Rey y Señor, Jesucristo, amoroso, misericordioso y perdonador eres Tú, por eso sé que está en tu naturaleza el perdonar, y que tu deseo es concedernos siempre el perdón por todas nuestras faltas y rebeliones, y hacernos libres de la culpa, dándonos la victoria sobre el sentimiento. Por eso hoy quiero darte gracias, y vengo a tu presencia a depositar todo sentimiento de culpa que pueda cargar, apropiándome de la promesa de libertad que me has dado y de que Tú llevas esas cargas. Por eso hoy en Ti las deposito, acogiéndome a tu ternura y misericordia, pues tu enseñanza es fácil de poner en práctica y libera del sentimiento de culpa que el enemigo siempre quiere poner en nosotros. Gracias mi Señor, Salvador y Perdonador Jesucristo por darme hoy, y para siempre, la victoria sobre la culpa; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!
Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri