lunes, 25 de noviembre de 2019

HOGAR CELESTIAL

 

FILIPENSES 3:20,21 En cambio, nosotros somos ciudadanos del Cielo, donde vive el Señor Jesucristo; y esperamos con mucho anhelo que Él regrese como nuestro Salvador. Él tomará nuestro débil cuerpo mortal y lo transformará en un cuerpo glorioso, igual al de Él. Lo hará valiéndose del mismo poder con el que pondrá todas las cosas bajo su dominio. (NTV)

 

De nuestro Hogar Celestial, el que Dios Padre ha preparado con Jesús, para aquellos que en Él creemos y confiamos. Como seguidores de Jesucristo, tenemos garantizado un lugar en el Cielo y anhelamos tener una idea de cómo será.

 

Aunque todas nuestras preguntas no serán contestadas antes de que lleguemos allá, la Biblia sí ofrece información en cuanto a la vida futura del cristiano:

1.     ¿Quiénes estarán allí? La verdad más maravillosa que sabemos es que estaremos en la presencia de nuestro Dios trino: el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Además de miles y miles de ángeles (Apocalipsis 5:11), allí estarán los santos del Antiguo Testamento y todos los seguidores de Jesucristo.

2.    ¿Cómo seremos diferentes físicamente? Tendremos cuerpos glorificados y la Biblia ofrece pistas en cuanto a lo que esto significará. Después de la resurrección, Jesús tuvo una forma material visible, por lo que sabemos que nosotros también tendremos un cuerpo físico. Nuestra forma será incorruptible y tendrá una imagen celestial (1 Corintios 15:42 y 49). Aunque la Biblia no describe el proceso de glorificación, sabemos que nuestros cuerpos transformados estarán adaptados perfectamente a nuestro nuevo ambiente.

3.    ¿Nos reconoceremos unos a otros? Aunque diferentes, nuestros cuerpos serán identificables. María, aunque estuvo confundida al comienzo, reconoció al Jesús resucitado (Juan 20:14-16). Porque seremos como Él, seremos reconocidos en nuestra forma resucitada y reconoceremos a los demás.

 

Trate de imaginar cómo será estar en su cuerpo glorificado, con seguidores de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas (Apocalipsis 7:9).

 

¡¡¡La vida que nos espera en el cielo, en nuestro Hogar Celestial,

superará nuestros más grandes sueños y expectativas,

solo preparémonos para estar allí!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE TENGO UNA MORADA ESPECIAL EN EL CIELO QUE EL SEÑOR JESÚS HA IDO A PREPARAR PARA MÍ, ASÍ QUE: ¡FINALMENTE Y PARA SIEMPRE, ESTARÉ EN CASA! EN MI HOGAR ETERNO, MI DULCE HOGAR CELESTIAL.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El HaKavod, Dios de Gloria (Salmo 29:3,4). Dios Todopoderoso, mi amado Señor Jesús, Tú mismo eres hermoso y la fuente de toda belleza y creatividad. Es por eso por lo que hoy vengo a darte gracias, mi Señor, por el Hogar Celestial que Tú has preparado para tus seguidores en tu Gloria, donde tendremos una eternidad llena de tu Presencia y de tu Amor. Gracias porque no solo tengo que esperarlo allí, pues has cambiado mi vida de tal forma que estar al lado tuyo es estar en mi hogar, dulce hogar celestial que tu provees para los que en Ti hemos creído y confiado. Y también estoy dispuesto, en el Hogar Celestial, a alabarte y adorarte permanentemente, y a cumplir con la labor que me encomiendes. Gracias, mi Señor y Salvador Jesucristo por ese lugar, ese Hogar Celestial, que estás preparando especialmente para mí; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.