miércoles, 10 de agosto de 2016

CORONAS

 

APOCALIPSIS 4:9-11 Cada vez que los seres vivientes dan gloria, honor y gracias al que está sentado en el Trono (el que vive por siempre y para siempre), los veinticuatro ancianos se postran y adoran al que está sentado en el Trono (el que vive por siempre y para siempre), y ponen sus coronas delante del Trono, diciendo:

-  "Tú eres digno, oh Señor nuestro Dios, de recibir gloria y honor y poder. Pues Tú creaste todas las cosas, y existen porque Tú las creaste según tu voluntad". (N.T.V.)


©  Las coronas son nuestras recompensas eternas.

A lo largo de la Biblia, encontramos referencias a las "coronas", aquellas que han sido denominadas como las recompensas eternas y que un día serán evidentes delante de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.


©  Demos un vistazo a estas recompensas eternas.

1. La Corona de Victoria. Para terminar bien en la vida, los creyentes necesitamos resistencia olímpica. Los atletas en los juegos de la antigüedad recibían una diadema perecedera de hojas de laurel. Pero si somos efectivos en la tarea que Dios nos ha dado, y triunfamos sobre el pecado, recibiremos una corona incorruptible de victoria (1 Corintios 9:25-27).

2. La Corona de Gozo y Gloria. Los creyentes a quienes ayudamos a llegar a Cristo, será "nuestro gozo y gloria" delante de nuestro Señor (1 Tesalonicenses 2:18-20). Imagine cómo será su regocijo en el cielo cuando vea y hable con las personas que reconocen su contribución a su desarrollo espiritual.

3. La Corona de Justicia. La vida cristiana no es fácil, pero hay una gran recompensa por vivir rectamente cuando se enfrentan la tentación o las adversidades. Los creyentes que buscan la santidad están pensando constantemente en la vida futura, y anhelan su reunión con Dios con una conciencia pura (2 Timoteo 4:5-8).

4. La Corona de la Vida. La aflicción y el dolor son inevitables, pero podemos cobrar ánimo al saber que gran parte del crecimiento espiritual se produce en la adversidad. Persevere para recibir la corona de la vida que el Señor ha prometido a los que le aman (Santiago 1:12).


©  ¿Qué haremos en el cielo con las coronas que hemos ganado?

Las echaremos a los pies del Señor Jesús (Apocalipsis 4:10), como homenaje a Aquel que nos salvó, nos dio dones, nos preparó y vivió en nosotros.

 

CONFESIÓN DE FE:

TODO LO BUENO Y JUSTO VINO A NOSOTROS POR MEDIO DEL SEÑOR, Y POR ESO MERECE NUESTRAS CORONAS, PROCURARÉ CON DILIGENCIA RECIBIRLAS PARA LUEGO ENTREGARLAS EN HOMENAJE A ÉL.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, Elohim Kedem, Dios del Principio (Apocalipsis 1:8). Dios Todopoderoso, el Alfa y la Omega, el que siempre fue, es y será, ese eres Tu mi Señor y Salvador Jesucristo. Eres antes de todas las cosas en tiempo y en prioridad, y por eso eres primero que todo en nuestros afectos. Gracias quiero darte por esas "coronas', recompensas eternas que me otorgas, pues yo estaré gozoso de ponerlas a tus pies en el momento de presentarme ante Ti en la Gloria de Dios. Gracias mi Rey y mi Señor por permitirme ser parte del mayor homenaje que alguien pueda hacerte al compartir contigo mis recompensas eternas. Amén.


Juan Manuel Lamus O.