jueves, 6 de noviembre de 2014

BUSCARLO 2

 

BUSCARLO 2

 

SALMO 105:1-8 Busquen al Señor y a Su fuerza, búsquenlo continuamente. Recuerden las maravillas y los milagros que ha realizado, y los decretos que ha dictado, ustedes, hijos de su siervo Abraham, descendientes de Jacob, los elegidos de Dios. Él es el Señor nuestro Dios; Su justicia se ve por toda la tierra. Siempre se atiene a Su pacto, al compromiso que adquirió con mil generaciones. (N.T.V.)

 

©      Cómo buscar al Señor.

Aunque las Sagradas Escrituras nos dicen que debemos buscar al Señor, muchos cristianos batallan con este mandato. Algunos están tan distraídos por otros intereses y responsabilidades, que Dios es solamente una parte minúscula de sus objetivos y deseos en la vida. Cuando enfrentan su responsabilidad de buscarle, a menudo se sienten culpables, pero no saben cómo comenzar a buscarle de todo corazón.

 

Cuando las ansias de buscar a Dios son mayores que nuestro interés por otras búsquedas, hacerlo se vuelve mucho más fácil. Pero el hambre por el Señor es un gusto que se adquiere. Cuanto más lo busquemos, mayor será nuestra hambre. Sin embargo, si le ignoramos, el poco apetito que tengamos de Él disminuirá aun más.

©      ¿Es ésta su experiencia?

Pídale, entonces, al Señor que le agudice su apetito por Él, y siga adelante, haciendo el esfuerzo de buscarle.

 

1.   Comience con la lectura de la Biblia y la oración.

Aparte tiempo cada día para meditar en la Palabra de Dios, para escuchar su voz, digerir poco a poco lo que lee, hablar con el Señor, hacerle preguntas y aplicar a su vida lo que aprenda.

2.   Comience a estudiar la Biblia.

Algunos podrán decir: "Nunca he hecho eso". Mi consejo es: ¡Hágalo!

Las cosas profundas de Dios no caen simplemente en nuestro cerebro; son puestas allí por el estudio aplicado. Buscar algo requiere tiempo y esfuerzo.

 

©      ¿Invertirá usted su vida en la búsqueda del Eterno, la fuente de todo contentamiento, gozo y esperanza?

©      ¿O irá tras lo efímero?

 

CONFESIÓN DE FE:

AL DESCUIDAR AL SEÑOR, SE QUE PIERDO TODOS LOS BENEFICIOS QUE ÉL PROMETE A QUIENES LE BUSCAN CON DILIGENCIA, ASÍ QUE LO PONDRÉ POR OFICIO Y PRIORIDAD PRINCIPAL DE MI VIDA.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, El Olam, Dios Eterno y del Universo (Génesis 21:22). Mi amado Rey y Señor, Tú has hecho el tiempo, la eternidad y el universo, eres el Alfa y la Omega, no tienes principio ni final y así, mi Dios y mi Rey, quiero que sea mi hambre y mi sed por tu búsqueda, por conocer más de Ti, infinitas, que nunca acaben ni mermen, sino por el contrario cada día tenga más necesidad de Tu Presencia en mi vida, de manera que el gozo, el contentamiento y la esperanza sean manifiestos permanentemente en ella como beneficios. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por permitirme entrar en Tu Presencia en cualquier momento, lugar y circunstancia en que me encuentre, y por la seguridad que me das que allí estarás siempre y por siempre dispuesto. Amén.


Juan Manuel Lamus O.