lunes, 2 de marzo de 2020

¡DECÍDETE!

 

ROMANOS 6:16-18 Ustedes saben que quien siempre obedece a una persona, llega a ser su esclavo. Nosotros podemos servir al pecado y morir, o bien obedecer a Dios y recibir su perdón. Antes, ustedes eran esclavos del pecado. Pero gracias a Dios, que obedecieron de todo corazón la enseñanza que se les dio. Ahora son libres del pecado, y están al servicio de Dios para hacer el bien. (TLA)

 

Aunque Dios es Soberano y Todopoderoso, muchos creyentes no confían en Su dirección. Las personas, en general, piensan en la obediencia de una manera casuística, considerando de qué manera las consecuencias de sus decisiones pudieran afectar su vida, pero…

 

¡¡¡El Señor quiere verdaderos seguidores cuyo estilo de vida sea de obediencia,

es decir, personas que hayan tomado la decisión consciente

de rendirse a Su voluntad en todas las circunstancias!!!

 

Muchos de nosotros, cuando nos enfrentamos a la idea de la obediencia total, somos asaltados por pensamientos de ansiedad:

¿Y si el Señor me pide que haga algo que no puedo hacer? o,

¿Y si no quiero hacer lo que Él me pide?

Tememos no tener las fuerzas, la visión o la fe para cumplir con lo que Él nos manda hacer, y tendríamos razón si confiáramos en nuestros propios recursos, pero si nos decidimos a obedecer, Dios nos prepara en el momento justo para ir donde Él nos conduzca y hacer sin temor ni duda Su voluntad. Un acto de obediencia nos prepara para el siguiente. Cada paso de fe nos muestra que Dios no sólo da las herramientas y la preparación para que hagamos Su voluntad, sino que también se encarga de las consecuencias. Sin embargo, a pesar de la fidelidad del Señor, aun los más creyentes cometen actos de rebeldía, ya que la obediencia es un proceso de aprendizaje. Jesús reprendió a Pedro varias veces, pero Él siguió preparando al discípulo para una vida de santidad.

 

Los verdaderos seguidores de Jesucristo aprendemos, tanto de los éxitos como de los fracasos, cómo tener un estilo de vida de consagración. Pero primero debemos tomar la decisión de obedecer al Señor no importa los resultados.

Su soberanía demanda nuestra obediencia.

 

CONFESIÓN DE FE:

YO DECIDO HOY OBEDECER AL SEÑOR MI DIOS, SIN IMPORTAR LOS RESULTADOS, CONOZCO Y ESTOY SEGURO DE SU SOBERANÍA, Y SE QUE EL QUE OBEDECE NO SE EQUIVOCA, Y LA OBEDIENCIA INCREMENTA LA UNCIÓN.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim HaRuchot LeKol Basar, Dios de los espíritus de toda carne (Números 16:22). Dios y Señor nuestro, Jesucristo, Tú nos has creado con dimensiones físicas y espirituales, por lo tanto, tienes soberanía sobre nuestro cuerpo, alma y espíritu. Es por eso que hoy vengo a tu Presencia para orar por mi y todos aquellos que estamos bajo tu soberanía y cuidado, para que nos ayudes a entender y arraigar en nuestro corazón de una vez por todas y definitivamente, la razón por la cual debemos siempre obedecerte y conocer, asumir y llevar a cabo sin temor ni duda tu voluntad para nuestra vida, ya que solo así podremos estar seguros de hacer los que es justo y necesario para crecer sanamente, ser fructíferos y cumplir con el propósito para el cual Tú nos creaste. Gracias, mi amado Dios y Señor; he orado tu Poderoso Nombre, Jesús ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.