jueves, 7 de octubre de 2021

LA AUTORIDAD

 

ROMANOS 13:1-3 Toda persona debe someterse a las autoridades de gobierno, pues toda autoridad proviene de Dios, y los que ocupan puestos de autoridad están allí colocados por Dios. Por lo tanto, cualquiera que se rebele contra la autoridad se rebela contra lo que Dios ha instituido, y será castigado. Pues las autoridades no infunden temor a los que hacen lo que está bien, sino en los que hacen lo que está mal. ¿Quieres vivir sin temor a las autoridades? Haz lo correcto, y ellas te honrarán. (NTV)

 

De cómo vivir bajo autoridad y ejercer autoridad.

El Señor ejerció su autoridad en todo su ministerio. El decidió transferir a sus Discípulos esa misma autoridad y, por ende, a todos sus seguidores.

 

Es por eso por lo que hoy debemos comprender nuestro papel ejerciendo la autoridad en todas las áreas de la vida, y principalmente debido a que este mundo no conoce lo que es la verdadera autoridad:

Autoridad no es controlar.

Autoridad no es imponer.

Autoridad no es gritar.

 

"Dios me ha dado autoridad en el Cielo y en la Tierra", dijo el Señor Jesús (Mateo 28:18). 

Pero esa autoridad no fue impuesta, fue demostrada en su manera de vivir. La autoridad de un creyente cuando es impuesta destruye vidas, para él lo más importante es el reglamento, para el siervo lo más importante es demostrar con su vida que la autoridad le ha sido transferida. La autoridad del siervo es demostrada en su propia vida y cuando la ejerce, aunque no guste, todos saben que es necesaria. No hay autoridad más fuerte e impresionante que la vida misma. La credibilidad, la honestidad, la vida de carácter es la fibra central, la médula indiscutible de la autoridad.  Hoy, la gente ya no busca tener líderes con carisma, verbo y estilo, lo que el pueblo busca hoy son siervos con una autoridad que fluye del corazón.

 

¡¡¡La Autoridad del Cielo se extiende hacia la Tierra a través de hombres y mujeres 

que saben someter todas las áreas de su vida a la Autoridad del Señor!!!

 

El "Señorío de Cristo en mi vida", no puede seguir siendo una frase desnutrida y descolorida, sino una vivencia clara y real de someter los anhelos, proyectos y deseos a la aprobación de Dios.

Cuando aprendemos a reconocer el poder y la autoridad de Dios, y en quienes Él la ha delegado, inmediatamente Él permite que su autoridad sea reconocida en nosotros y que sus bendiciones lleguen a nuestras vidas.

 

CONFESIÓN DE FE:

ESTOY PLENAMENTE CONVENCIDO DE QUE CUANDO LA AUTORIDAD DE DIOS EN MI DEFINE MI EXISTENCIA Y PUEDO RECONOCER LAS QUE ÉL HA DELEGADO, ENTONCES LA BENDICIÓN DE DIOS PARA MI VIDA NO SE HACE ESPERAR, CAERÁ SOBRE MI ABUNDANTEMENTE.

 

ORACIÓN:

Dios y Señor Jesús, El Kurios, Soberano Rey y Señor Nuestro (1 Timoteo 6:15). Mi amado Dios y Señor Jesucristo, Tú eres Aquel que es Soberano sobre la vida y la creación, quien gobierna la vida de todos los que en Ti creemos y confiamos para nuestro bien. Mi amado Rey y Señor, gracias quiero darte hoy por tu señorío sobre todas las áreas de mi vida. Hoy me someto a Ti continua y totalmente, para que de esa manera pueda ejercer tu autoridad en los eventos, circunstancias, espacios y personas que quieran manipular o manejar mi vida. Creo firmemente en tu poder que actúa hoy en mí, creo y respeto tu autoridad sobre mi vida, y creo y respeto la de aquellos en quienes Tú la has delegado. He orado en el poderoso nombre de mi Señor  y salvador Jesucristo ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri