IMPACTO
MATEO 7:7-11 Pidan, y Dios los atenderá; busquen, y encontrarán; llamen, y Dios les abrirá la puerta. Pues todo el que pide, recibe, y el que busca, encuentra, y al que llama, Dios le abrirá la puerta. ¿Quién de ustedes, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide pescado, le dará una serpiente? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre que está en los cielos se las dará también a quienes se las pidan! (B.L.P.H.)
© Del impacto de la oración.
Muchos hombres y mujeres que experimentaron el impacto sobrenatural del amor de Dios, fueron sanados de enfermedades y dolencias, Dios ha dispuesto para nosotros este gran recurso de bendición, usted puede hacerlo suyo.
© Quienes pidan, recibirán. Quienes busquen, encontrarán; y quienes toquen puertas, se les abrirá. De modo que hay que pedir, buscar y tocar.
El Señor quiere que oremos, no solo porque eso le honra, sino también porque nos ayuda a crecer más profundamente en nuestra relación con Él, además, la oración nos permite participar de su obra en el mundo. En todo momento podemos orar por alguien en cualquier lugar del mundo, y confiar en que el Señor de todo el universo nos escuchará y responderá de la manera más efectiva. Por esta razón, la oración es una de las mejores maneras de involucrarse en el trabajo de Dios. ¡Qué maravilloso privilegio es poder participar en la expansión del Reino de Dios, pidiendo al Señor que ayude a sus hijos a influir poderosamente en su creación! Otra razón por la que el Señor nos enseña a orar es para edificar nuestra fe en Él. Aun el hombre pecador da regalos a sus hijos. ¡Cuánto más nuestro Dios santo se goza en dar cosas buenas a quienes le pidan! (Vs.11). Él se complace en ayudarnos a crecer en la fe, a medida que aprendemos de su Palabra, estamos conscientes de su presencia y permitimos que sus pensamientos y caminos sean los nuestros. El Señor también se deleita en responder nuestras oraciones y en ver cómo nos volvemos más audaces en nuestro andar y testimonio, y también trae sanidad en todas las áreas de nuestras vidas.
La Palabra de Dios nos dice que Él es fiel, porque el Señor no puede negarse a sí mismo (2 Timoteo 2:13). Asegúrese de apartar tiempo cada día para hablar con el Señor y escucharle, y así aprender la verdad acerca de Él, además de recibir sanidad tanto física como en todas las áreas de su vida.
CONFESIÓN DE FE:
LA ORACIÓN IMPACTA MI VIDA, ASÍ QUE PERMITIRÉ QUE EL ESPÍRITU SANTO, PONGA ORDEN DONDE HAY DESORDEN, GENERE EQUILIBRIO, CREE Y RESTAURE CADA PARTE DE MI VIDA Y DE MI SALUD QUE ESTÉ DETERIORADA.
ORACIÓN:
Padre Celestial, Jehová Rapha, Dios mi Sanador (Éxodo 15:26). Mi Dios eres el Gran Médico y la fuente última de toda sanidad espiritual, física, emocional, mental, social, ambiental, y si necesito alguna de estas sanidades, eres el primero a quien debo recurrir. Solo enséñame a orar bien, para que mis oraciones produzcan el impacto necesario, y además pueda crecer espiritualmente. Señor Jesús intercede ante el Padre, para que escuche mis humildes oraciones, mis más caras peticiones, para que lleguen a su trono celestial, sean escuchadas, sean atendidas y guardadas en la copa que tiene reservada para los santos. He orado en el poderoso nombre de Jesús. Amén.
Juan Manuel Lamus O.