miércoles, 18 de agosto de 2021

PRESENCIA = SEGURIDAD

 

SALMO 139:1-12 Oh Señor, has examinado mi corazón y sabes todo acerca de mí. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; conoces mis pensamientos, aun cuando me encuentro lejos. Me ves cuando viajo y cuando descanso en casa. Sabes todo lo que hago. Sabes lo que voy a decir incluso antes de que lo diga, Señor. Vas delante y detrás de mí. Pones tu mano de bendición sobre mi cabeza. Semejante conocimiento es demasiado maravilloso para mí; ¡es tan elevado que no puedo entenderlo! ¡Jamás podría escaparme de tu Espíritu! ¡Jamás podría huir de tu presencia! Si subo al Cielo, allí estás Tú; si desciendo a la tumba, allí estás Tú. Si cabalgo sobre las alas de la mañana, si habito junto a los océanos más lejanos, aun allí me guiará tu mano y me sostendrá tu fuerza. Podría pedirle a la oscuridad que me ocultara, y a la luz que me rodea, que se convierta en noche; pero ni siquiera en la oscuridad puedo esconderme de Ti. Para Ti, la noche es tan brillante como el día. La oscuridad y la luz son lo mismo para Ti. (NTV)

 

De cómo podemos hallar seguridad en la presencia de Dios.

 

Hay dos maneras de reaccionar frente al pasaje bíblico que estudiamos hoy:

1.     Con Consuelo. Algunas personas encuentran un gran consuelo en saber que Dios está siempre presente en sus vidas, y que nada escapa a su atención. Esta suele ser la reacción de los creyentes, porque entendemos que Él cuida de nosotros. ¿Por qué querríamos alejarnos de Aquel que nos salvó y nos ama por toda la eternidad?

 

2.    Con Malestar. A otras personas, el mismo salmo les produce malestar. Se sienten expuestas al darse cuenta de que es imposible esconderse del Dios que sabe todo sobre ellas. Por eso, aunque no pueden escapar de la omnisciencia y la omnipresencia del Señor, reaccionan como Jonás e intentan huir.

 

A veces, los del segundo grupo, actúan así por pura soberbia. La carne tiene una fuerte tendencia a creer que conoce el mejor curso de acción, no importa lo que Dios diga. El miedo al fracaso o la crítica también puede hacer que no se tenga en cuenta la voluntad de Dios. Pero muchas veces el problema es que la gente considera que la obediencia es demasiado costosa. Lo que no reconocen es el verdadero riesgo de huir del Señor: perderse su vida abundante. (Mateo 16:24,25)

 

En lugar de ver este pasaje del Salmo 139 como algo restrictivo, trate de reconocerlo como la protección integral de Dios sobre su vida, pues…

 

¡¡¡Podemos estar seguros en la Presencia de Dios, ya que Él siempre vela

por nuestro bien, y además hallaremos una gran paz al confiar en Él y obedecerlo!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

DEBO RECORDAR QUE LA PRESENCIA DE DIOS ESTÁ SIEMPRE CONMIGO, QUE ÉL ME AMA POR SIEMPRE Y ESTARÁ ATENTO A ATENDER TODAS MIS NECESIDADES, ASÍ QUE PUEDO CONFIAR SIN LUGAR A EQUÍVOCOS DE QUE EN ÉL HAY SEGURIDAD.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Jehová Shammah, El Señor está ahí, habita aquí (Ezequiel 48:35). Mi amado Dios y Señor Jesucristo, sé que tu presencia siempre estará ahí, que siempre iras conmigo, y solo por eso puedo hallar seguridad en todo lugar y circunstancia, por tu virtud de la ubicuidad que se hace atributo protector para mi vida. Es por eso por lo que puedo confiar en Ti sin lugar a equivocarme, pues eres Dios de Verdad y en Ti no hay sombra de variación. Gracias Dios Todopoderoso, porque, aunque las aflicciones pueden atacarme Tú eres mi Dios y Tú has vencido al mundo y todas sus dificultades, para darnos, a los que en Ti confiamos, la victoria en medio de ellas, esa es mi mayor seguridad. Gracias por hacerme más que vencedor en Ti, mi Señor y Salvador Jesucristo; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri