lunes, 16 de julio de 2018

ANGUSTIAS

 

LUCAS 11:1-4 Aconteció que, estando Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. Él les dijo:

Cuando oren, digan: "Padre nuestro que estás en los cielos, Santificado sea tu nombre; venga tu reino; sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra, el pan nuestro de cada día, dánoslo hoy; y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal".(RVA'15)

 

♥ De la lucha contra la angustia.

El valor de la oración era algo que Gedeón conocía muy bien. Tuvo una larga discusión con el ángel del Señor en cuanto a quien era Dios y lo que Él estaba haciendo. Tuvo también conversaciones con Dios, tratando de despejar sus dudas. Luego, cuando se acercaba la batalla, había más comunicación mientras Dios le daba instrucciones. Por medio de la oración, Gedeón se acercaba a Dios, recibía respuestas a sus preguntas y dirección para su vida. (Jueces 6 y 7)

 

Así como lo hacía con Gedeón, Dios nos invita a hablar con Él de nuestras angustias. Él anhela sustituir nuestra carga de ansiedad con su paz que sobrepasa todo entendimiento. Al orar tenemos varias ventajas que Gedeón no tuvo:

1.   Tenemos la Biblia:el manual de Dios para la vida, la cual está llena de información sobre quién es el Señor y lo que está haciendo. Cuanto más creamos su Palabra y entendamos sus planes, más confiadamente hablaremos con Él.

2.   Tenemos la presencia del Espíritu Santo:Él nos guía a la verdad de la Palabra de Dios, y Él la interpreta para nosotros. Cuando descubrimos lo pertinente que es la Biblia para nuestra situación, aprendemos a orar desde la perspectiva de Dios. Nuestras oraciones tendrán que ver más con lo que Él desea, que con lo que nosotros queremos.

3.   Tenemos un Intercesor:Jesús, nuestro Señor y Salvador resucitado, intercede por nosotros, y el Espíritu Santo obra a nuestro favor cuando las palabras nos fallan. No oramos solos.

 

CONFESIÓN DE FE:

ESTOY PLENAMENTE CONVENCIDO DE QUE, POR MEDIO DE NUESTRO PRINCIPAL MEDIO DE COMUNIÓN CON DIOS, LA ORACIÓN, PUEDO EXPERIMENTAR SU PRESENCIA, Y, POR TANTO, VIVIR CON CONFIANZA Y LIBRE DE ANGUSTIAS.

 

ORACIÓN:

Dios y Señor Nuestro, El Oheenu, (Salmo 99:5). Padre nuestro que estas en los cielos, santificado sea tu Nombre, te alabamos Señor y nos postramos ante el estrado de tus pies porque Tú eres Santo. Mi Señor Jesús, dueño y Gobernador de la creación eres Tú, Soberano Rey, eres un Dios de Poder y Autoridad pues eres antes de la creación del mundo y eres el soberano de ella, Tú nos has creado, y estoy seguro que no fue para abandonarnos como la más maravillosa criatura que has hecho, sino para cuidarnos por medio de tu Palabra, la Presencia del Espíritu Santo y tu intercesión ante el Trono de Dios Padre. Por eso hoy vengo a darte gracias y a decirte que te amo y que nada ni nadie podrá traer angustias a mi vida cuando de tu Diestra de Justicia voy asido. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.