sábado, 2 de abril de 2016

ENSEÑAR A LOS HIJOS A RESPETAR

 

EFESIOS 6:1-4

Hijos, obedezcan a sus padres porque ustedes pertenecen al Señor, pues esto es lo correcto. "Honra a tu padre y a tu madre". Ese es el primer mandamiento que contiene una promesa: si honras a tu padre y a tu madre, "te irá bien y tendrás una larga vida en la tierra". Padres, no hagan enojar a sus hijos con la forma en que los tratan.

Más bien, críenlos con la disciplina e instrucción que proviene del Señor. (N.T.V.)

 

©  Si los hijos no aprenden a honrar a los padres, y estar sujetos a ellos, el irrespeto aumentará durante su vida de adultos.

Ø  Si ellos tienen hijos, el problema se manifestará con más rapidez en la generación siguiente.

Ø  Pronto, toda una sociedad estará plagada de falta de respeto en hogares, escuelas y lugares de trabajo.

 

©  Parece que estuviéramos hablando de nuestra generación, ¿verdad?

Ø  En nuestra cultura no hay respeto, porque los padres han renunciado a su responsabilidad.

Ø  En vez de mantenerse en el lugar de honor que Dios les ha dado, se han retirado y tolerado la conducta insolente de sus hijos.

 

He aquí varias razones:

1. La ignorancia acerca de la disciplina: 

Algunos padres no reconocen que la falta de respeto es un asunto serio que requiere acción inmediata. Si usted deja que esas actitudes y conductas sigan, no está criando a sus hijos según los preceptos bíblicos.

 

2. La idea equivocada acerca del amor: 

Algunos padres tratan de ser amigos de sus hijos en vez de padres. Pero si los hijos los ven como sus iguales, estarán menos propensos a respetarlos o amarlos.

 

3. El ajetreo: 

Enseñar a los niños a respetar exige tiempo y constancia. Pero muchos padres hoy están demasiado ocupados para ocuparse con seriedad de esta tarea. No tienen fuerzas para hacer frente a las actitudes y comportamientos irrespetuosos de sus hijos.

 

©  Cuando usted es firme de una manera amorosa con sus hijos, está demostrando la posición que Dios le ha dado como un padre que debe ser honrado.

©  Nuestros hijos no vienen a nosotros sabiendo que el Señor les manda que nos respeten. Nuestra tarea es enseñarles eso.

 

Un Abrazo, Dios te bendiga y te guarde, haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; y permita que prosperes en todas las áreas de tu vida, y derrame sobre ti muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, Salud y mucha Prosperidad

      Juan Manuel Lamus O.