martes, 19 de marzo de 2024

PRODUCIENDO FRUTO

 

2 CORINTIOS 4:1… 16-18 (NTV) Por lo tanto, ya que Dios, en su misericordia, nos ha dado este nuevo camino, nunca nos damos por vencidos… Es por esto que nunca nos damos por vencidos. Aunque nuestro cuerpo está muriéndose, nuestro espíritu va renovándose cada día. Pues nuestras dificultades actuales son pequeñas y no durarán mucho tiempo. Sin embargo, ¡nos producen una gloria que durará para siempre y que es de mucho más peso que las dificultades! Así que no miramos las dificultades que ahora vemos; en cambio, fijamos nuestra vista en cosas que no pueden verse. Pues las cosas que ahora podemos ver pronto se habrán ido, pero las cosas que no podemos ver permanecerán para siempre.

 

Podemos vivir produciendo fruto a través de la perseverancia.

 

¡¡¡Los verdaderos seguidores de Jesucristo son llamados para perseverar en ser

fieles a Dios Padre y leales a Su Iglesia, y así permanecer en Cristo dando fruto!!!

 

El apóstol Pablo escribió a menudo sobre la perseverancia. Instó a los creyentes a no cansarse de seguir a Cristo y hacer el bien, aun cuando fueran perseguidos. La razón era que, con el tiempo, su fidelidad produciría una cosecha sorprendente.

 

Si alguien tenía derecho a decir eso, era Pablo. Había sido golpeado, apedreado, azotado y expulsado de la ciudad. Había sobrevivido a disturbios, naufragios, enfermedades y abandono. Tenía mil razones para desanimarse, pero él sabía que su obediencia a Dios no era en vano. Algunos podrían suponer que no cosechó mucho pues fue perseguido, llevado de una prisión a otra y finalmente ejecutado. Pero si damos por sentado que las recompensas vienen solamente en términos materiales, se nos escapa una gran verdad.

 

Consideremos la impresionante cosecha que resultó de la fidelidad del apóstol:

1.     El Evangelio se extendió por todo el Imperio Romano y la iglesia primitiva creció más allá del mundo judío.

2.    Las semillas plantadas por Pablo al escribir sus epístolas han transformado miles de millones de vidas.

3.    Cualquier fortaleza que obtenemos de estas cartas, es el fruto de las adversidades que él padeció.

4.   Pablo simplemente creyó en el poder de la fe. Sin embargo, cuando instó a los creyentes a no cansarse de obedecer al Señor, no sabía la magnitud del impacto que tendría su vida.

 

Así que, no se deje engañar por la mentira de satanás de que su sufrimiento o su obediencia no servirán de nada, su perseverancia en Cristo producirá mucho fruto.

 

CONFESIÓN DE FE:

LA VERDAD ES QUE MI FIDELIDAD A DIOS NUNCA ES UN DESPERDICIO, ESTÁ MARCANDO UNA DIFERENCIA PARA LA ETERNIDAD EN LA VIDA DE ALGUIEN, YA SEA QUE YO LO SEPA O NO; Y SÉ QUE ESTO ES PRODUCIR FRUTO.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El HaNeeman, el Dios Fiel (Deuteronomio 7:9). Mi amado Dios y Señor, Jesucristo, yo reconozco que Tú eres Dios fiel y eres verdaderamente Dios. Eres Dios fiel, quien cumples tu pacto por mil generaciones y derramas tu amor inagotable sobre los que te amamos y obedecemos tus mandatos; sobre los que en Ti creemos y en Ti confiamos, es por eso que hoy decido trabajar en mi fidelidad hacia Ti y mi lealtad a tu iglesia, para que llegue a ser igual a la tuya, de manera tal que pueda producirla en mis semejantes de acuerdo al modelaje que yo les dé. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por tu fidelidad permanente, que me llama a producir mucho fruto; he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri