ENOJADOS
PROVERBIOS 19:19-21
Quien no controla su enojo, pagará por ello; ayudarlo es estimularlo a repetir el error. Escucha el consejo y acepta la disciplina y así serás sabio. La gente tiene muchas ideas, pero sólo se hará realidad la decisión del Señor. (P.D.T.)
© De cómo el enojo, el temor y la rebeldía nos llevan a tomar malas decisiones y apartarnos.
- ¡Voy a irme a la Montaña Negra!, gritó el pequeño Ricardo de cinco años.
- Muy bien, si eso es lo que quieres adelante, le respondió su madre abriendo la puerta y acompañándolo hasta la entrada.
Un manto de silencio cayó sobre él. Hacía rato que ya no había sol y la oscuridad de la noche cubría el paisaje. Por el resplandor de las estrellas, apenas veía la forma de la Montaña Negra en la distancia. En plena oscuridad, el niño escuchó el movimiento de un animal entre las plantas y el aleteo de un ave en el cielo oscuro. De pronto, el corazoncito del niño latía con más rapidez, y se le había acelerado la respiración. Ir a la Montaña Negra había sido una mala idea.
© ¿Por qué habría dicho eso?, pensó.
Se sentó en la entrada abrazándose las rodillas contra el pecho, mientras una lágrima le rodaba por la mejilla al tratar de controlar el miedo. Desde la cocina, escuchó que su padre le decía:
- Ricardo ¿quieres venir a cenar con nosotros?
A veces, cuando estamos enojados con nosotros mismos, con los demás, con las circunstancias, o hasta con Dios, queremos irnos, dejar todo atrás. Nos enojamos y amenazamos. Nos sentamos en la entrada y lloriqueamos. Aun así, Papá espera pacientemente y nos llama para reunirnos con el resto de la familia. El amor ahuyenta los temores y la restauración sana las heridas, es por eso que debemos evitar el enojo, exponernos al amor y disponernos a la restauración.
CONFESIÓN DE FE:
ESTARÉ DISPUESTO A SER RESTAURADO POR MI PADRE CELESTIAL Y MIS AUTORIDADES, EN MOMENTOS EN QUE EL ENOJO NUBLE MI VISTA Y MIS TEMORES ME ATORMENTEN; EXPONIÉNDOME A SU AMOR Y FIDELIDAD.
ORACIÓN:
Señor Jesús, El Kjesed, Dios de Amor Fiel e Inagotable (Éxodo 20:6). Mi amado Rey y Señor se que tienes una predisposición incondicional y altamente favorable hacia nosotros tus hijos, los que en Ti creemos y en Ti confiamos, y estas lleno de amor, misericordia, bondad, lealtad y fidelidad. Por eso hoy quiero darte gracias mi Señor Jesús, pues Tu eres ese amor que hecha fuera todo temor de mi vida, ayúdame a ser una persona que reconoce que necesita de los demás y de su ayuda para salir adelante con mis dificultades, especialmente cuando me siento enojado, cuando no puedo con las circunstancias y no logro entender que hay alguien ahí en ese momento dispuesto a ayudarme, gracias mi Padre Celestial. He orado en el Poderoso Nombre de Jesús. Amén.
Juan Manuel Lamus O.