viernes, 7 de agosto de 2015

GANÓ

 

MATEO 26:36-39 Entonces Jesús fue con ellos al huerto de olivos llamado Getsemaní y dijo: 

-       Siéntense aquí mientras voy allí para orar. 

Se llevó a Pedro y a los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y comenzó a afligirse y angustiarse. Les dijo: 

-       Mi alma está destrozada de tanta tristeza, hasta el punto de la muerte. Quédense aquí y velen conmigo.

Él se adelantó un poco más y se inclinó rostro en tierra mientras oraba: 

-       ¡Padre mío! Si es posible, que pase de mí esta copa de sufrimiento. Sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, no la mía". (N.T.V.)

 

©      Donde se ganó la batalla.

Si usted quiere experimentar la victoria en los conflictos que enfrenta, en las batallas diarias de su vida, piense en cómo el Señor Jesús luchó y ganó sus batallas.

 

La batalla crucial de su vida se libró aun antes de llegar a la cruz. Al orar en el huerto de Getsemaní, luchó con el conocimiento de que llevaría el terrible peso del pecado de la humanidad, y de que sufriría la separación espiritual del Padre Celestial. En su lugar especial de oración, Jesús estuvo solo sobre su rostro, y clamó. Y cuando dejó el huerto, salió como vencedor sobre satanás, cuyo poder sobre la humanidad estaba a punto de ser destruido en la cruz. Jesús bebió la copa del sufrimiento y de la separación, pero Él sabía que, al final, triunfaría (Hebreos 12:2). Fue por eso que pudo enfrentar a sus adversarios con valor y autoridad. Cuando Jesús se dirigió a confrontar a quienes iban a arrestarlo, estaba en pleno control de la situación, tanto así que los fariseos y los soldados "retrocedieron y cayeron a tierra" (Juan 18:6). Él permitió que lo arrestaran, decidido a hacer la perfecta voluntad de su Padre.

 

Si usted tiene el hábito de pasar regularmente un tiempo a solas con Dios, es decir una vida devocional de disciplina y deleite, llegará a conocer el corazón y la mente de Él. Entonces, cuando se enfrente a grandes decisiones con consecuencias para toda la vida, será capaz de discernir la dirección que Él da por medio de su Espíritu Santo. Cuando usted se entrega por completo, pone las consecuencias de su decisión en las manos de un Dios Omnisciente, misericordioso y todopoderoso en cuyas manos están el pasado, el presente y el futuro.

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE TENIENDO EN CUENTA LAS BATALLAS DE CRISTO COMO EJEMPLO DE ESFUERZO, VALENTÍA Y CONVICCIÓN, PODRE ENFRENTAR LAS PRUEBAS QUE SE ME PRESENTEN CON VALENTÍA PARA GLORIFICAR A DIOS Y HUMILLAR AL ENEMIGO.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Jehová Nissi, Dios es mi Bandera (Éxodo 17:15). Mi amado Rey y Señor, Tu eres mi estandarte para la batalla y mi milagro asegurado, pues en medio de las batallas de la vida te puedo ver Alto y Levantado, y sé que si mantengo mis ojos puestos en Ti y te sigo con perseverancia y sin condiciones, seré milagrosamente victorioso. Por todo esto y mucho mas quiero darte gracias hoy, Dios y Señor mío, porque sé que mi pasado, mi presente y mi futuro están en tus poderosas, misericordiosas y sabias manos, ¿en que otro mejor lugar podrían estar? He orado en el Poderoso nombre de Jesús. Amén.



Juan Manuel Lamus O.