lunes, 15 de julio de 2019

CONFIADO

 

HEBREOS 11:8-10 Fue por la fe que Abraham obedeció cuando Dios lo llamó para que dejara su tierra y fuera a otra que Él le daría por herencia. Se fue sin saber adónde iba. Incluso cuando llegó a la tierra que Dios le había prometido, vivió allí por fe, pues era como un extranjero que vive en carpas. Lo mismo hicieron Isaac y Jacob, quienes heredaron la misma promesa. Abraham esperaba con confianza una ciudad de cimientos eternos, una ciudad diseñada y construida por Dios. (NTV)

 

Dios nos llama a que andemos confiados en sus planes, dando un paso de fe a la vez y dejando las consecuencias del resultado en sus manos.

 

Abraham comenzó su viaje sin el menor conocimiento de su destino final, lo hizo confiado.  Él obedeció su noble impulso sin ningún discernimiento de las consecuencias de esa decisión.  Él tomó un pasó y no se detuvo para saber que había adelante antes de tomar el otro paso.  Esto es fe, hacer lo que Dios dice aquí y ahora, dejando los resultados a Él, confiado en Él.  La fe no está interesada en conocer todos los eslabones de la cadena, su devota atención está enfocada en el próximo eslabón.

 

Fe y confianza no es el conocimiento de un proceso moral, es la fidelidad al acto moral. 

Fe siempre deja algo al Señor.

Fe obedece al mandamiento inmediato del Señor y deja la dirección y el destino a Él. 

Fe cumple el camino con serenidad. 

Por lo tanto, podemos caminar confiados, dejando todos los resultados y el final del camino al Señor. En un mundo que solo se mueve por vista y ofrece oportunidades diciéndonos lo que hay adelante del camino para atraernos a sus redes, el caminar por fe parece muy riesgoso, pero los hijos de Dios podemos caminar por fe, confiados y sabiendo que Dios tiene todo aspecto de nuestra vida bajo su control.

 

Sin embrago lo que necesitamos es dar un paso de fe y no preguntar que nos espera más allá de ese paso, sino dar el segundo y tercero con la vista y la confianza puestas en el autor y consumador de la fe, nuestro Señor y Salvador Jesucristo. 

 

¡¡¡Es necesario dejar al Señor la dirección y el destino de nuestra vida!!!

 

CONFESIÓN DE FE:

SÉ QUE, SI MANTENGO PUESTOS MIS OJOS EN EL SEÑOR JESÚS, EL AUTOR Y CONSUMADOR DE LA FE, ENTONCES ÉL ME DIRÁ CUANDO DAR EL PRÓXIMO PASO, ENTONCES CUANDO ÉL LO DIGA LO HAGO CONFIADO AQUÍ Y AHORA, SIN ESPERAR MÁS Y SIN QUEDARME QUIETO Y LLENO DE TEMOR.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, El Emunah, Dios Fiel y Confiable (Deuteronomio 32:4). Dios y Señor mío, sé que Tú eres completamente confiable, podemos confiar en Ti completamente, en esta vida y en el destino eterno que ya has determinado para los que en Ti confiamos. Mi amado Señor Jesús en Ti confío, y sin duda se que Tú eres el camino, la verdad y la vida, así que hoy quiero darte gracias por darme la fe que necesito. Sé que mi vida, mi familia, mi futuro, mi trabajo, mi ministerio y todo lo que tengo están en tus manos, y por eso hoy decido dar los pasos de fe y ya no vivir por vista, sino confiado totalmente en Ti, en tu sabiduría y soberanía sobre mi vida.  La meta final de mi camino Tú la conoces, porque ya la has predeterminado, en esa confianza yo me quiero mover y en esa fe yo quiero vivir. Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo, he orado en tu Poderoso Nombre ¡Amén!


Juan Manuel Lamus O.