lunes, 1 de septiembre de 2014

POR DOS

 

POR DOS

 

SALMO 22:1 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué estás tan lejos cuando gimo por ayuda? (N.T.V.)

 

©      Dios mío, Dios mío: En la Biblia, cuando Dios desea la atención de una persona, lo llama dos veces por su nombre. 

Esto no sucede con frecuencia, pero cuando sucede, es de importancia crítica.  "Abraham, Abraham" (Génesis 22:11), "Samuel, Samuel" (1 Samuel 3:10). "Saúl, Saúl" (Hechos 9:4). 

Pero aquí hay más que una exclamación de atención. "Eli, eli" son palabra hebreas.  A pesar de eso, "El" no es el nombre de Dios, sino más bien una clasificación de Dios.  Si David hubiera deseado llamar a Dios por su nombre, hubiera usado la pronunciación correcta de la palabra hebrea YHWH, porque ese es el nombre personal de Dios,  "El" es una categoría de todo ser que es dios.  Solo existe un ser en ésta clasificación, pero eso no provoca  que los hombres dejen de pensar que hay más que uno.

 

©      ¿Por qué usa David el nombre de la categoría en vez del nombre personal?

Ciertamente parece el lugar apropiado para el nombre personal. Después de todo, éste es un llamado personal de atención.  Podemos ofrecer algunas conjeturas que muestran algo más profundo en estas palabras.  El uso de "él" para indicar el verdadero Dios de Israel casi nunca se muestra solo.  Cada vez que encontramos él, lo encontramos en conjunción con algún otro epíteto que distingue este "Dios".  Sabemos cuáles son estas combinaciones como los nombres comunes de Dios (como El-Shaddai y El-Gibor, y El-Olam).  David también usa una combinación única, el más  posesivo personal.  En revelación profética, David dice una palabra que proclama el poder y la autoridad plena del Dios Verdadero y Único. Necesitamos a Dios, pero aquí parece que no está, pareciera que el Dios Soberano de Justicia está ausente, de repente, el mundo parece vacío de su Amo.

©      Esta es la clave: David emite una queja contra el Dios a cargo de todo. 

-       Dios, si Tú estás en control, ¿entonces, dónde estás ahora, cuando estoy afligido?

Las palabras de David acusan a Dios de no cumplir su tarea, específicamente, ¡cuidarme a mí!

©      Entonces, ¿por qué usa Jesús la misma expresión?

Jesús usa las palabras proféticas de David porque, en ese momento en la cruz, pareciera que la ausencia del Único y Verdadero Dios toma el escenario central.  La conexión íntima con el Padre no ha sido rota.  Lo que parece faltar es la relación esencial de la creación con su Dios Soberano y Justo.  Él guarda silencio, la justicia no se cumple, algo sucede que  está muy mal. Tú y yo nunca tendremos una idea del impacto de lo que sufrió Jesús, pero Dios nunca lo abandonó, pues Él estaba dentro de Su perfecta voluntad, y nunca dudó de la justicia de Dios. 

 

Pero nosotros tenemos días cuando un silencio divino invade nuestra alma.  Sabemos, en parte, lo que es llorar, "Dios mío, Dios mío."  Podemos quejarnos que Dios no está siendo justo, pero esa queja no es el final de la historia.  Por eso es que el Salmo no termina allí.  Se convierte en una canción de victoria, no de derrota. 

 

CONFESIÓN DE FE:

CUANDO LLAMO: "DIOS MÍO, DIOS MÍO," ES EL LAMENTO DE APERTURA AL DIOS QUE RESPONDE, AÚN CUANDO EL LLAMADO VIENE DE LA CRUZ, ES DECIR DE MI SUFRIMIENTO.

 

ORACIÓN:

Dios mío, Dios mío, Padre Celestial, El Olam, Dios Eterno (Génesis 21:33). Mi amado Señor, Tu, El Todopoderoso, eres Eterno, has hecho el tiempo, la eternidad y el universo, y no tienes ni principio ni fin. Es por eso que hoy acudo a Ti, en mi suplica está inmerso el gran amor que te tengo, pero también la infinita confianza y esperanza en un Dios, el Único, que sabe que es lo mejor para mí y por lo cual me someto a tu perfecta buena y agradable voluntad para mi vida. Gracias mi amado Señor y Salvador Jesucristo por tu compasión y misericordia inagotables. Amén.


Juan Manuel Lamus O.