martes, 4 de mayo de 2021

DESEMPEÑO

 

ROMANOS 5:8-11 Dios, no obstante, nos demostró su amor al enviar a Cristo a morir por nosotros, aun cuando éramos pecadores. Con mucha más razón, ahora Dios nos salvará de la ira final al habernos hecho justos por medio de la muerte de Cristo. Pues si cuando éramos enemigos nos reconcilió con Él mismo por la muerte de su Hijo, ¡cómo no ha de salvarnos ahora por su vida! Y además de todo esto, también nos sentimos orgullosos en Dios, gracias a nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos sido reconciliados con Dios. (NBV)

 

Dios nos ama tal y como somos, y no según nuestro desempeño; sin embargo, también se niega a dejarnos como estamos. Esta verdad bíblica es algo que a menudo olvidamos, y al olvidarla somos desviados fácilmente del propósito del Padre Celestial.

 

Dios nos mostró el amor que tiene por nosotros,

la profundidad de Su amor, la medida de Su amor, la calidad de Su amor

¡¡¡Él nos lo dio todo sin pedirnos algo a cambio!!!

 

Su amor por nosotros no está basado en nuestro desempeño, pero si está basado en "SU" desempeño. En otras palabras, no hay nada que pudieses hacer que haga que Él te ame menos ¡nada! Nos olvidamos de esto y cuando lo olvidamos, es fácil que nos obsesionemos con nuestros éxitos y fracasos, empezamos a creer que nuestro valor está basado en nuestro desempeño. La idea es entonces reforzada por nuestro desempeño en los entornos:

En la familia, en donde si no cumplimos con las expectativas entonces se nos muestra menos amor o consideración.

En las Iglesias, en donde la importancia de la jerarquía autodestructiva es construida en el ser "santo", también conocido como, desempeño.

 

Por medio de este pensamiento confuso, empezamos a vivir nuestras vidas y relaciones con base en el desempeño, y ese "NO" es el mensaje del evangelio. Te animo hoy a que recuerdes que el amor de Dios para ti no se ve afectado por tus acciones ni desempeño. Se ve únicamente afectado por el desempeño de Jesús en la cruz. Ese hecho fue completo y perfecto, el cual es como Dios te ve, a través del lente de Su hijo, completo y perfecto. El amor de Dios por ti, ahora, es el de un padre orgulloso.

Algunos de ustedes tal vez nunca han experimentado el amor de un padre orgulloso, pues hoy puedes hacerlo.

 

CONFESIÓN DE FE:

NO HAY NADA DE LO QUE DEBA SENTIRME AVERGONZADO, NADA QUE ME HAGA SENTIRME ABANDONADO, PUES DIOS ME AMA Y ACEPTA TAL COMO SOY. POR HOY, DEJARÉ QUE ESO SEA SUFICIENTE.

 

ORACIÓN:

Padre Santo que estás en los Cielos, El Chanun, Dios lleno de Gracia (Jonás 4:2). Mi amado Señor Jesucristo, Dios de amor incondicional e inagotable y de compasión infinita, yo he podido experimentar tu naturaleza llena de Gracia, esa que da generosamente aún cuando no lo merezcamos. Por eso hoy te quiero dar gracias, porque sé que tu amor incondicional hace que me sienta completo y perfecto, hace que yo sea digno de experimentar el amor de un Padre orgulloso de mí sin que eso dependa de mi desempeño, contrario a lo que el mundo pide para calificar el merecimiento del amor y la consideración. Gracias, mi Señor y Salvador Jesucristo por la gracia inmerecida que solo a través tuyo he podido recibir de mi Padre Celestial; he orado en tu Poderoso Nombre.  ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri