miércoles, 12 de mayo de 2021

ORACIÓN INFLUYENTE

 

NEHEMÍAS 1:2-11 Hananí, uno de mis hermanos, vino a visitarme con algunos hombres que acababan de llegar de Judá. Les pregunté por los judíos que habían regresado del cautiverio y sobre la situación en Jerusalén. Me dijeron:

-      "Las cosas no andan bien. Los que regresaron a la provincia de Judá tienen grandes dificultades y viven en desgracia. La muralla de Jerusalén fue derribada, y las puertas fueron consumidas por el fuego".

Cuando oí esto, me senté a llorar. De hecho, durante varios días estuve de duelo, ayuné y oré al Dios del Cielo, y dije: Oh Señor, Dios del Cielo, Dios grande y temible que cumples tu pacto de amor inagotable con los que te aman y obedecen tus mandatos, ¡escucha mi oración! Mírame y verás que oro día y noche por tu pueblo Israel. Confieso que hemos pecado contra Ti. ¡Es cierto, incluso mi propia familia y yo hemos pecado! Hemos pecado terriblemente al no haber obedecido los mandatos, los decretos y las ordenanzas que nos diste por medio de tu siervo Moisés. Te suplico que recuerdes lo que le dijiste a tu siervo Moisés: "Si me son infieles los dispersaré entre las naciones; pero si vuelven a mí y obedecen mis mandatos y viven conforme a ellos, entonces, aunque se encuentren desterrados en los extremos más lejanos de la tierra, Yo los volveré a traer al lugar que elegí para que mi nombre sea honrado". El pueblo que rescataste con tu gran poder y mano fuerte es tu siervo. ¡Oh Señor, te suplico que oigas mi oración! Escucha las oraciones de aquellos quienes nos deleitamos en darte honra. Te suplico que hoy me concedas éxito y hagas que el rey me dé su favor. Pon en su corazón el deseo de ser bondadoso conmigo. En esos días yo era el copero del rey. (NTV)

 

De la influencia de nuestras oraciones en la voluntad de Dios.

Ciertos aspectos de Dios están más allá de nuestro entendimiento, y uno de ellos es cómo Él usa nuestras oraciones para hacer su voluntad.

 

¡¡¡Aunque el Señor es el Dios Soberano, Omnipotente y Omnisciente

que no necesita la ayuda de nadie, ha decidido permitirnos participar

en la realización de Sus planes Divinos por medio de nuestras oraciones!!!

 

Es el caso de Nehemías, en el pasaje que estudiamos hoy, quien se sintió impulsado a orar después de enterarse de las dificultades de los judíos que habían regresado a Jerusalén después del cautiverio babilónico. En ese momento, estaba haciendo su trabajo como copero del rey de Persia. Pero el Señor respondió rápidamente la oración de Nehemías allanando el camino y dando los recursos que le permitirían reconstruir el muro de Jerusalén. (Leer Nehemías 2)

 

Aunque es posible que no veamos respuestas tan dramáticas y obvias cuando oramos, el Señor todavía quiere que le presentemos nuestras necesidades y creamos que Él responderá de una manera que dé a conocer su voluntad para nuestra vida. Habrá ocasiones en las que no podremos percibir ningún cambio, pero eso no significa que Dios no esté obrando todo para nuestro bien. Y recuerde que, incluso cuando no oramos como deberíamos, el Espíritu Santo ayuda a nuestra debilidad intercediendo por nosotros de acuerdo con la voluntad del Padre Celestial. (Romanos 8:26-28)

 

CONFESIÓN DE FE:

ESTOY PLENAMENTE CONVENCIDO DE QUE CUANDO ORO FERVIENTEMENTE Y ALINEADO CON LA PALABRA DE DIOS, ÉL ME ESCUCHARÁ, MI ORACIÓN SERÁ INFLUYENTE A SU VOLUNTAD, CONCEDIENDO LAS PETICIONES DE MI CORAZÓN.

 

ORACIÓN:

Padre Celestial, Elohim Kol Basar, Dios de todo Ser (Jeremías 32:27). Mi amado Dios y Señor Jesucristo, sé que Tú eres el Todopoderoso, y has creado a todos los seres sobre la tierra y demandas que se conformen a tus planes para ellos. Sin embargo, escuchas nuestra oración y en tu soberanía la haces influyente en tu voluntad para nuestras vidas. Pero también sé que tienes un propósito determinado para conmigo, para que mi servidumbre te sea útil aquí en la tierra, ilumíname y ponlo en obra cuando lo dispongas y que sea tu voluntad, tengo el oído presto y el corazón disponible para cuando llegue ese momento, consagrándome incondicionalmente, con la esperanza de poder servirte como Tú quieres y cuando Tú quieres, por amor a tu Nombre, como dice tu Palabra; he orado en el Poderoso Nombre de Jesús ¡Amén!


Pr. Juan Manuel Lamus Ogliastri