martes, 19 de julio de 2016

ADORACION=GRACIAS

 

SALMO 26:6b,7 Vengo ante tu altar, oh Señor, entonando un cántico de gratitud, y contando de todas tus maravillas. (N.T.V.)


©  Demos gracias a Dios, en Adoración, por estar siempre cerca a nosotros.

En medio de fuerzas y acontecimientos demasiado grandes para que nosotros solos forcejeemos con ellos, se nos presenta un mensaje intimidante de aislamiento. Empequeñecidos frente al tamaño del universo, la incertidumbre del futuro, las necesidades de alimento y amistad, somos como ese estudiante de sexto año que acaba de cambiarse de ciudad y está de pie frente a su nueva escuela el primer día de clases, sin conocer a nadie.

 

Nos espera cualquier cosa. Ahí es cuando queremos saber con certeza que no estamos solos. El adorar es una forma de agradecer al Señor por estar con nosotros más cerca de lo que cualquier otro amigo podría estarlo alguna vez. En el corazón mismo de la adoración y la alabanza está la acción de gracias, gratitud al Señor por todo lo que ha hecho y por todo lo que es. Con la adoración reconocemos la mano del Señor en nuestra vida y le decimos cuán contentos estamos por ello. Es sencillo y espontáneo, como las gracias expresadas a un padre por un niño que acaba de pescar su primer pez: "Gracias por traerme a pescar, papá". Hay tanto dentro de estas palabras atesoradas durante años por el padre, y se convierten en el punto culminante del viaje en un instante. En el corazón mismo de la adoración y la alabanza está la acción de gracias, gratitud al Señor por todo lo que ha hecho y por todo lo que es. La adoración no es el reconocimiento de un desconocido; es el agradecimiento de un niño para quien el padre ha dispuesto y hecho muchas otras cosas. Aunque el niño en realidad nada sabe sobre las preparaciones para el viaje, mucho menos para la vida diaria en el hogar una vez que hayan regresado, y el padre considera las simples gracias como la suficiente recompensa por todo. Casi ninguna otra cosa puede hacer que un padre se sienta tan exitoso en su vida.

 

Así es como Dios recibe nuestra adoración. Es como decir:

©  "Gracias, Papá. Te amo".

Aunque posiblemente nuestra adoración no pueda abarcar todo lo que el Señor es o todo lo que ha hecho por nosotros, la recibe como su honra más preciada. Los ángeles claman en adoración majestuosa todo el tiempo, pero al Señor le encanta el sonido de nuestra simple adoración más que todos los himnos angelicales que pudieran cantarse alguna vez.

 

CONFESIÓN DE FE:

HOY LE DIRÉ A DIOS, EN ADORACIÓN Y ALABANZA DE GRATITUD, GRACIAS PAPÁ POR TODO LO QUE HAS HECHO POR MÍ. POR LO QUE ÉL ES Y PARA EXALTAR SU NOMBRE.

 

ORACIÓN:

Señor Jesús, Elohim Mikarov, Dios que está cerca de nosotros (Jeremías 23:23). Dios mío, Abba Padre, Tú eres mi Padre Celestial y puedo decirte en este día: gracias Papá por amarme y darme oxígeno cada día, tu amor incomparable y tu misericordia. En adoración, con el corazón lleno de gratitud, quiero exaltar tu Nombre, eres el único merecedor de esa adoración, pues yo se que has hecho, haces y harás todo lo necesario para que yo tenga una vida digna y llena de bendiciones, por eso hoy te digo, desde lo más profundo de mi corazón, gracias Papito Santo, gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por estar con nosotros por siempre. Amén.


Juan Manuel Lamus O.